Del móvil al ordenador del trabajo, del ordenador al móvil. Luego volvemos la vista a la televisión y, al acabar el día, un último repaso al móvil. Vivimos rodeados de pantallas. Dentro y fuera de casa consumimos pantallas, accedemos a redes sociales y navegamos durante horas saltando de una plataforma a otra. No podemos negar que actualmente la digitalización es el centro de muchas de nuestras actividades. De hecho, ya está comprobado que, tras la crisis de la Covid-19, nos está quedando un escenario de lo más digital. Pasamos más tiempo en casa y esto desde hace un año se ha traducido en un aumento del uso de dispositivos tecnológicos. Sin embargo, ¡podemos hacer más cosas! Es evidente que estar conectados a una pantalla nos permite disfrutar de grandes historias, pero vivir frente a ellas también nos afecta a largo plazo. El habito digital está bien, pero, ¿cómo reducir el impacto que tiene sobre nuestra salud?
Ya no es solo cosa de jóvenes. Todos nos relacionamos a través de las pantallas. Horas y horas navegando por un sinfín de fuentes y recursos en línea. Una conducta que ha aumentado desde que la pandemia llegó a nuestros días. Los largos confinamientos domiciliarios o la incorporación del teletrabajo son algunos de los factores que influyen en que, a día de hoy, utilicemos más las pantallas de ordenador y los dispositivos móviles.
Tanto es así que, un asombroso 76% de la población entre 16 y 24 años pasa más tiempo en sus teléfonos, mientras que el 45% ha aumentado la cantidad de tiempo que pasa en sus ordenadores portátiles, según un nuevo estudio de Lenstore en el que se ha revelado el coste perjudicial para la salud que conlleva pasar tanto tiempo en línea. Porque no solo se trata del uso de teléfonos y ordenadores portátiles, el aumento en el uso de la tecnología digital va más allá. Y es que, el 34% de la población pasa más tiempo viendo televisión, mientras que el 22% ha aumentado el uso de tabletas.
Un 76% de la población entre 16 y 24 años pasa más tiempo en sus teléfonos, mientras que el 45% ha aumentado la cantidad de tiempo que pasa en sus ordenadores portátiles.
“La adopción desde el año pasado podría atribuirse al trabajo desde casa, la disminución de la interacción social fuera del hogar y una mayor búsqueda de comodidad contra el estrés cotidiano. Además, la conexión relacional y la socialización se han trasladado en gran medida a medios digitales", explica la psicoterapeuta Akua K. Boadteng.
Es decir, trabajamos en pantallas, nos conectamos con pantallas, nos distraemos a través de ellas y, por último, también las utilizamos para mitigar el estrés que ya provoca en nosotros la fatiga pandémica. Y, aunque gracias a los ordenadores y las tabletas podemos ver todo el cine que años antes ni imaginábamos tener al alcance de nuestras manos a través de un click en Netflix, HBO o Filmin, lo cierto es que todo tiene un límite. Sobre todo, en materia de exposición lumínica a unos dispositivos que igual que nos mantienen atentos a la trama de una película, también pueden producir fatiga visual.
Los efectos negativos de los dispositivos en la salud
Seguro que alguna vez has sentido el impacto del uso de las pantallas en tu visión; fatiga visual, ojos secos, picazón, dolor en los ojos... Mirar las pantallas “puede tener un gran impacto en la visión borrosa transitoria, crear una mayor necesidad de usar gafas, provocar incomodidad en los ojos y afectar el rendimiento en el trabajo. También puede tener un efecto perjudicial en nuestro cuello y hombros", según el optometrista conductual Bhavin Shah. Estos son algunos de los efectos negativos más destacados que los dispositivos tienen en tu salud:
- Disminución de la concentración, la atención y la motivación.
- Sobreestimulación de la retina.
- Disminución de la intimidad en las parejas.
- Fatiga, insomnio, retraso en el sueño (debido al brillo de la pantalla y su efecto en la respuesta de la retina; también la interrupción de la producción de melatonina del cuerpo.
- Cambios en la visión y dolores de cabeza.
- Soledad y aislamiento.
- Privación del tacto.
- Falta de motivación y creatividad.
- Aumento del estrés relacionado con la sobreexposición a los medios de comunicación y situaciones estresantes.
- Tecnoestrés (síntomas: fatiga, irritabilidad, insomnio, efectos en la salud mental, frustración y percepeción de un mayor nivel de carga mental y presión de tiempo, escepticismos, sensación de ineficacia.
Así que sí, el tiempo que pasamos frente a las pantallas afecta en nuestra salud. De hecho, según los expertos, el uso excesivo de pantallas aumenta la miopía en los niños y puede provocar problemas relacionados con la fatiga ocular. Para combatirlo se recomienda apostar por las actividades al aire libre y otras alternativas que te ofrecemos a continuación para reducir el uso de pantallas. Y, ya que el futuro tiene forma de pantalla, que al menos la digitalización nos encuentre bien preparados.