Con la llegada del verano y las altas temperaturas, muchas personas sufren bajadas de tensión, que pueden desencadenar en mareos, vértigos, taquicardias o incluso desmayos. Y, aunque cualquier persona puede padecer una bajada de tensión, lo cierto es que aquellas que ya la tienen en niveles bajos de forma habitual deben extremar todavía más las precauciones en unas fechas en las que el cambio de hábitos y de alimentación, junto a un mayor sedentarismo y el calor, puede aumentar el riesgo de sufrir los molestos síntomas de este problema arterial.
Para entenderlo más a fondo, cuando hablamos de presión o tensión arterial nos referimos a la fuerza que ejerce la sangre al circular por las arterias. Una cuestión de especial relevancia, ya que mantenerla dentro de unos niveles adecuados es indispensable para una buena salud cardiovascular.
En ocasiones, estos valores pueden sufrir un descenso brusco, sin necesidad de que exista un problema de salud previo, como ocurre durante las vacaciones. Un periodo en el que vivimos situaciones distintas y otros factores que, en conjunto, "provocan un descontrol de la tensión arterial", explica el doctor Rafael Florenciano Sánchez, especialista en Cardiología del Hospital Quirónsalud Torrevieja.
Síntomas y molestias
El hecho de que estemos mareados o desorientados durante el verano, aunque no siempre, también podría deberse a una pequeña bajada de la tensión. Pero, ¿qué nos produce esos vértigos? Como explica el Doctor Manuel Escolar, médico de Cinfa, “cuando la tensión arterial baja, llega menos sangre al cerebro y, en consecuencia, menos oxígeno”.
Aunque hay personas que pueden tener valores bajos de tensión arterial sin sufrir ninguna molesta, cuando se produce una caída brusca de la tensión pueden aparecer síntomas como visión borrosa, sensación de mareo, sudor brusca, debilidad repentina y confusión. “También puede darse inestabilidad, pitidos o zumbidos en los oídos, palidez y náuseas. Este conjunto de signos y síntomas se denomina presíncope”, aclara el doctor.
¿Cómo sé si tengo hipotensión?
Además de los síntomas evidentes ya nombrados, para medir la presión arterial se tienen en cuenta dos valores: uno máximo que es la presión sistólica y que se mide durante el latido de corazón, cuando la presión es máxima; y otro mínimo, la presión diastólica, que se mide con el corazón en reposo entre latidos, cuando es mínima.
Los valores normales de tensión arterial suelen situarse entre los 120 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima y los 80 mmHg de mínima. Por encima, ya se habla de presión alta o de hipertensión. Y, por debajo de 90 mmHg de tensión sistólica, hablamos de hipotensión.

- ¡Cuidado con el calor!
Aunque la hipotensión se puede producir por motivos muy diversos, los expertos mencionan ciertos factores determinantes que se agudizan en verano. Uno de los más importantes es el calor. Por este motivo, las bajadas bruscas de tensión son más habituales en los meses de estío, aunque también pueden producirse durante el invierno, cuando se permanece en espacios cerrados con la calefacción alta o en los que haya mucha gente.
- Deshidratación
¿Qué ocurre cuando no ingerimos suficientes líquidos? Tanto en verano como en cualquier otra estación, dado que la sangre contiene mucha agua, la deshidratación puede provocar que el volumen del torrente sanguíneo disminuya. En este caso, se reduce el flujo de sangre que llega al cerebro.
- El alcohol y las comidas copiosas: enemigos de la tensión
Como hemos visto, nuestro cuerpo necesita mantenerse hidratado. Eso sí, el alcohol, aunque sea un líquido, no es una buena solución ya que favorece la deshidratación. Según los expertos consultados, las bebidas alcohólicas afectan a la producción de la hormona antidiurética o ADH, que interviene en el equilibrio de los líquidos del cuerpo. Esta hormona controla la cantidad de agua que reabsorben los riñones. Sin embargo, el alcohol bloquea la ADH, por lo que el agua no se reabsorbe y se elimina más a través de la orina.
Otro factor a tener muy en cuenta es la cantidad de comida que ingerimos. Después de comer, la sangre viaja hasta el aparato digestivo para ayudar en la digestión, con lo que se reduce la cantidad en el resto del cuerpo y cae la presión.
Con los excesos o comidas copiosas, dificultamos la digestión y esto puede provocar una bajada de tensión
- Pérdidas bruscas de sangre
Es muy común que nos baje la presión arterial cuando perdemos bastante sangre ya que, al haber menos sangre circulando por las arterias, se esta generará menos fuerza. Aunque le puede ocurrir a cualquiera, durante la menstruación las mujeres son más propensas a la hipotensión, al perderse gran cantidad de sangre de forma lenta y durante varios días.
- Incorporarnos muy rápido
¿No has sentido alguna vez un leve mareo al incorporarte después de estar bastante tiempo tumbado? Pues bien, se llama hipotensión ortostática o postural y se debe a que, al cambiar de posición, la sangre se acumula en las piernas y el abdomen, lo que reduce la cantidad que vuelve al corazón. Pero no debes asustarte, se trata de molestias que no duran más que unos segundos. Lo mejor es colocarnos un buen almohadón para tumbarnos con la cabeza en alto y que el contraste no sea tan intenso al levantarnos y, sobre todo, poner conciencia a la hora de levantarte y hacerlo de forma suave.
Cómo prevenir la hipotensión
Como hemos visto, son muchos los factores que pueden llevar a una bajada de tensión eventual. Ahora que conoces algunos de ellos, puedes empezar a evitar ciertos hábitos que te permitirán vivir de una manera más saludable, manteniendo la tensión arterial dentro de unos niveles adecuados. Te dejamos algunos consejos que pueden servirte para prevenir las bajadas de tensión este verano.