Las cirugías electivas son procedimientos que los pacientes pueden realizarse, pero no es necesario que pasen por quirófano de forma inmediata.
Decimos que un procedimiento es electivo cuando se planifica con tiempo. Podemos pensar que estas operaciones son opcionales, pero no siempre es así. En ocasiones es obligatorio pasar por quirófano, aunque no sea urgente.
¿Qué hacemos si debemos pasar por quirófano pero no es ni urgente ni obligatorio hacerlo?
Es posible que en algún momento de tu vida te hayas encontrado en alguna de las siguientes situaciones:
- Tu dermatólogo ha encontrado una verruga que, sin representar una señal de alerta, te ha recomendado extirpar.
- O bien hace varios meses, por no decir años, que tienes esa molestia incómoda en la rodilla que no termina de curar.
- Sabes que reparar esa hernia te ayudaría a mejorar considerablemente tu calidad de vida.
- No terminas de ver bien a causa de las cataratas.
Ninguno de los siguientes diagnósticos representa una urgencia médica, pero todos tienen un común denominador: atenderlos implica un tiempo de gestión (pedir hora, hacerse pruebas, valorar los resultados, etc.).
Es probable que ante la posibilidad de requerir una intervención quirúrgica sea necesario incluir más horas para añadir el tiempo de preoperatorio, la propia operación y, finalmente, la recuperación, que puede requerir incluso un periodo de fisioterapia dependiendo del tipo de procedimiento que se trate.
¿Nunca encuentras el momento adecuado para parar y te pones cualquier excusa para posponer la intervención? A continuación, te ofrecemos cinco consejos para valorar cuándo es un buen momento para planificar una operación quirúrgica no urgente, ya que al final, mejorará tu calidad de vida y te ayudará a ser más feliz: