El Hospital Universitario Severo Ochoa creará su primer programa de ejercicio físico para pacientes con cáncer de pulmón gracias a la beca Juntos Sumamos Vida, dirigida a proyectos sociales que mejoran la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad. La beca premia con 7.000 euros y está impulsada por Boehringer Ingelheim, la Asociación de Afectados por el Cáncer de Pulmón (AEACaP), la Asociación para la Investigación del Cáncer de Pulmón en Mujeres (ICAPEM) y la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS). El proyecto ganador de este año está liderado por la doctora Ana López Martín en colaboración con un equipo de expertos en actividad física de la Universidad Europea y se basa en el deporte como herramienta para mejorar la vida de los enfermos de cáncer de pulmón y que su tratamiento sea más efectivo.
Practicar deporte es importante porque ayuda a mantener o mejorar la calidad de vida del paciente durante el tratamiento y puede ayudar a afrontar la enfermedad y sus tratamientos. El tratamiento concreto del tumor dependerá del caso y de la extensión de la enfermedad
La oncóloga Ana López explica que existen evidencias suficientes que demuestran que la práctica regular de ejercicio físico disminuye el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer como pueden ser el de mama o el de colon.
Durante el tratamiento oncológico el ejercicio físico regular mejora la calidad de vida de los pacientes, disminuye los síntomas de fatiga, la debilidad muscular y mejora el afrontamiento de los tratamientos y la recuperación de los efectos secundarios. Además, el ejercicio puede contribuir a la respuesta a los tratamientos porque produce efectos beneficiosos
Beneficios del ejercicio físico en pacientes con cáncer de pulmón
Itziar Pagola, directora de grado de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Fisioterapia de la Universidad Europea y miembro del grupo de investigación VEnCE de la Fundación Universidad Europea, admite que muchos pacientes mejoran su funcionalidad pulmonar.
En un porcentaje elevado, estos pacientes pueden mejorar su capacidad pulmonar a través del ejercicio físico. Sin embargo, después de un cáncer de pulmón y los tratamientos contra el mismo es difícil la recuperación completa
También explica que la principal motivación a la hora de realizar ejercicio es la de poder realizarla en grupo con personas con la misma patología y junto con un profesional del ejercicio. “Trabajos individualizados, con intensidades adaptadas a cada persona, pero realizados en grupo”, especifica.
La doctora López añade que otro de los beneficios del deporte en los pacientes es la mejora de su vitalidad y la reducción del estrés o la ansiedad. Esto hace que afronten los tratamientos de manera más positiva.
La práctica habitual de ejercicio físico mejora la autoestima del paciente porque mejora su autonomía. Los niveles de estrés, así como los síntomas de ansiedad y depresión suelen estar disminuidos en pacientes con vida activa y los síntomas como insomnio se disminuyen
En relación a la calidad de vida y a la fatiga, Pagola asegura que el ejercicio físico y supervisado provoca mejoras durante y después del tratamiento. Múltiples estudios y revisiones muestran un beneficio clínico potencial en la calidad de vida, la tolerancia al ejercicio y las complicaciones postoperatorias. "Ser físicamente activo, tras el diagnóstico de cáncer y durante el tratamiento, puede facilitar el proceso de recuperación, mejorar la calidad de vida durante el mismo y aumentar incluso la supervivencia. Además, el ejercicio es seguro y factible en este periodo", concluye.
Aun así, la elevada toxicidad de los tratamientos actuales contra el cáncer supone consecuencias físicas y emocionales durante el mismo y posteriores a él, a lo que hay que incluir una posible cirugía, de la que se asumen también consecuencias graves e importantes para el sistema biológico.
Supervisión médica de los ejercicios
Pagola indica que hay quetener en cuenta el estado inicial del paciente cuando va a empezar a practicar ejercicio, tanto a nivel de la propia patología como físico y emocional. La valoración inicial completa del paciente permitirá establecer unos objetivos. La doctora López admite que es fundamental que la actividad física esté supervisada por el equipo médico del paciente y planificada por especialistas en ejercicio físico. Cuando la planificación es adecuada la fatiga no es un inconveniente sino una indicación para la práctica de actividad física.
El problema es que solemos entender el deporte como una actividad física muy intensa sólo al alcance de individuos en condiciones físicas óptimas, pero nosotros no estamos hablando del deporte de alta competición sino de un deporte, o quizá podemos decir actividad física adaptada a las capacidades individuales de cada paciente
La doctora explica que el programa, por estar destinado a pacientes con problemas respiratorios, incluye ejercicios específicos para mejorar la capacidad respiratoria. Según afirma Pagola, los deportes más recomendados para pacientes de cáncer de pulmón son parecidos a los de la población sana. No obstante, es muy importante adecuar este ejercicio a los efectos que puede provocar todo el proceso de la enfermedad. "Realizar al menos 150 min de ejercicio aeróbico de intensidad moderada (por ejemplo, caminar) o 75 de intensidad vigorosa a la semana (por ejemplo, caminar rápido, correr, bici). Realizar ejercicio de fuerza 2-3 días en semana y evitar el sedentarismo".
Avances científicos e inversiones
Según la doctora López, “en los últimos 10 años se han producido grandes avances en el tratamiento de cáncer de pulmón con el conocimiento de distintos tipos moleculares de esta enfermedad que se comportan y se tratan como enfermedades diferentes”. Añade que, gracias a la llegada de la inmunoterapia, ahora podemos hablar ya de largos supervivientes entre nuestros pacientes con cáncer de pulmón avanzado.
También lamenta que “la mayor parte de las inversiones se destinan a proyectos de alta complejidad más relacionados directamente con el tratamiento o diagnóstico, mientras que los aspectos relacionados con la calidad de vida o con la prevención suelen quedar un poco más relegados”