En España, más de 900.000 personas padecen Alzheimer. Los porcentajes obtenidos en los últimos años no disminuyen. Al contrario, con el aumento de la esperanza de vida y la calidad asistencial, se prevé que en 2050 el número de casos se haya duplicado. Todos los países occidentales, de una manera u otra, están experimentando el fuerte envejecimiento de la población. Mientras tanto, la detección precoz del Alzheimer es un paso que los españoles están dispuestos a dar con tal de reducir al máximo las consecuencias neurodegenerativas de este tipo de demencia, la cual, ocasiona la muerte de las neuronas.
Así lo reflejan los resultados de la encuesta ‘Actitudes y percepciones de la población española sobre el Alzheimer’, realizada por la Fundación Pasqual Maragall, en la que se observa que la detección precoz de dicha enfermedad es uno de los temas que más preocupa a la población.
Un 94% de los españoles tiene claro que le gustaría conocer con bastante antelación si se encuentra en fase precoz de la enfermad a pesar de no tener síntomas. Los datos al respecto también nos muestran como un 61% afirma que se haría una prueba que lo detectara, incluso sabiendo que los tratamientos existentes ni curan, ni retrasan la enfermedad.
Más de 900.000 personas sufren Alzheimer en España, cifra que se espera siga aumentando
Del sondeo podemos observar cómo prácticamente toda la población es consciente de que también les puede afectar esta demencia, si no ahora, en algún momento de su vida. Sobre todo, teniendo en cuenta que cada año se diagnostican en nuestro país unos 40.000 nuevos casos y se calcula que el 80% de los que aún son leves están sin diagnosticar, según la Sociedad Española de Neurología.
Como ya hemos apuntado, hasta el momento, no existe una cura definitiva. Eso sí, todo apunta a que terapias futuras retrasarán el inicio y la progresión de la enfermedad, y se dirigirán a pacientes en fases cada vez más precoces de la enfermedad.
Por ejemplo, estudios recientes del centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaßeta Brain Research Center (BBRC), señalan la posibilidad de detectar esta enfermedad en su fase asintomática a través de un análisis de sangre. ¿Qué opina la sociedad española sobre la posibilidad de anticiparse a la enfermedad?
- Según la encuesta realizada, un 59% de la sociedad española piensa que detectarlo de forma temprana les daría tiempo de recibir un tratamiento apropiado para reducir el impacto de la enfermedad.
- Hay quien piensa, en un 53%, que la detección precoz puede contribuir al avance de la investigación participando en estudios o ensayos clínicos.
- El 52% considera que es útil poder disponer de tiempo para reflexionar sobre el futuro y tomar decisiones de tipo legal y financiero.

Factores que influyen en la aparición del Alzheimer
Pero, además de apostar por una detección precoz, ¿qué más podemos hacer para modular los riesgos de sufrirlo? Como ocurre en numerosas dolencias, es probable que esta enfermedad sea el resultado de la combinación de múltiples factores: desde los ambientales y genéticos hasta el estilo de vida. Hay evidencia que sugiere que la alimentación podría tener un efecto en el establecimiento de esta enfermedad.
De hecho, un estudio reciente liderado por el Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), desvela los posibles beneficios de la ingesta de ácidos grasos omega-3 en personas portadoras del genotipo que confiere un mayor riesgo de desarrollar el Alzheimer: el APOE ε4 / 4.
Según la investigación, las personas de este colectivo de riesgo que consumen más ácido docosahexaenoico (DHA, por el nombre en inglés), que es un nutriente aportado por el pescado azul —el atún, la sardina, el salmón, las anchoas, etc —, presentan una mayor preservación cortical en zonas del cerebro específicamente afectadas en esta enfermedad y un menor número de microhemorragias.
Hábitos saludables: fundamental para la salud cerebral
Llevar un estilo de vida saludable en el día a día es un hecho que nos beneficia a corto y, sobre todo, a largo plazo. En el caso de la enfermedad de Alzheimer ocurre lo mismo.
La alimentación equilibrada, el deporte y evitar el tabaco y el alcohol, son fundamentales para la salud cardiovascular y también cerebral. Al tener en cuenta la incidencia de todos ellos en nuestra salud, como hemos visto con los beneficios que reporta la ingesta de pescado azul, podemos retrasar y prevenir la aparición de la demencia.
Al respecto, “controlando los factores de riesgo modificables del Alzheimer podemos modular los factores no modificables, la edad y la genética”, explica La Dra. Nina Gramunt, neuropsicóloga y directora técnica del área Social de la Fundación Pasqual Maragall.

Mantener activo el cerebro y evitar el sedentarismo
Ser conscientes de que “apostar por una vida saludable nos puede aportar mucho placer”, es algo de lo que Gramunt está convencida. Pero en los hábitos también influyen otros factores que, más allá de la nutrición, también tienen que ver con nuestro estilo de vida. ¿Eres una persona sedentaria? Por el contrario, ¿tratas de mantener tu cuerpo activo a través de la práctica de ejercicio?
Según el Doctor Miquel Aguilar, reconocido neurólogo y director de la Unidad de Enfermedades Neurodegenerativas DomusVi Barcelona, “hasta un 35% de los factores que entran en juego, como evitar el aislamiento social, reducir el estrés o tratar la depresión, se pueden corregir y modificar”.
La actividad cognitiva y la socialización como agentes clave en el mantenimiento de la salud cerebral.
A estos factores mencionados, debemos añadir la relación con el sueño y el resigo de sufrir Alzheimer. Mientras que el consumo de ciertos alimentos nos ayuda a tener una mayor resiliencia cerebral, también existe una evidencia clara que muestra que; “no tener suficientes horas de sueño reparadoras favorece la acumulación de la proteína amiloide, característica del Alzheimer”, añade Gramunt.
A fin de cuentas, tal y como explican los expertos, la mejor terapia contra la demencia es evitar el sedentarismo cerebral, trabajando desde el primer momento para mantener activo y ejercitado el cerebro.
¿Qué hacer ante la sospecha de Alzheimer?
En el caso del Alzheimer, al inicio, el síntoma principal y el más frecuente es la pérdida de memoria progresiva, que acostumbra a manifestarse en dificultad para recordar hechos recientes. Sin embargo, poco a poco, “pueden aparecer dificultades para concentrarse o resolver problemas, en el uso del lenguaje, como problemas para encontrar ciertas palabras o disminución del vocabulario, o bien cambios de conducta o de comportamiento”, detalla la Dra. Gramunt.
Lo más importante es que, ante la sospecha de padecer la enfermedad, se concerte una visita con el médico de familia para que evalúe los síntomas, quien valorará si remite al paciente al neurólogo para una exploración más detallada. Más investigación y recursos siguen siendo los grandes retos del Alzheimer y otras demencias, ya que sin esta base no hay posible tratamiento ni cura. Hasta entonces, los hábitos de vida saludables que puedan ayudarnos a prevenirlo es lo máximo que podemos hacer.