Dormir bien es muy importante para una buena salud física y mental, pero no todo el mundo consigue conciliar el sueño fácilmente. Un buen descanso nos permite afrontar el día con energía para poder realizar todas nuestras tareas y obligaciones y gestionar de la mejor manera las situaciones de estrés. Dormir bien, pues, es esencial para la felicidad. Aún así, si eres de las que les cuestas dormir bien por las noches puedes probar en cambiar 5 hábitos que pueden ayudarte a dormir plácidamente, del tirón y despertarte como nueva cada mañana.
Como ya sabemos, cuando nuestro cerebro percibe un peligro, el sistema de protección del cuerpo se pone en marcha. El estrés, más o menos consciente, provoca que nuestros sentidos estén permanentemente estimulados. Cuando esta situación se prolonga en el tiempo, el cuerpo se cansa y nuestro sistema de protección empieza a fallar, generando desequilibrios hormonales y cansancio que, a la larga, pueden acabar desencadenando algunas enfermedades. Caminar, correr e incluso subir escaleras... Cualquier ejercicio físico ayuda a generar endorfinas y a combatir el estrés. El yoga, por ejemplo es una práctica muy eficaz para regular esos niveles de agitación y es capaz de calmar la mente y de aliviar las tensiones. Aún así es muy importante cambiar los hábitos de tus noches para recuperar esa calma y poder conciliar el sueño. Te mostramos 5 hábitos que te ayudarán a conciliar el sueño y a dormir bien. Deja atrás las noches en vela con estos consejos que puedes poner en marcha desde hoy mismo para combatir la ansiedad y desconectar del estrés con estas buenas prácticas antes de acostarte.
1. Desconecta el móvil. Para crear tu burbuja de calma debes evitar las injerencias externas e innecesarias. Apagar o silenciar las alertas con sonido y las notificaciones del móvil te ayudará a descansar la mente durante el día. Cada alerta es más estrés que sumamos a nuestro cansancio mental y evitará que puedas dormir bien.
2. Rutina. Es tu momento y en tu mano está dedicarte tiempo de calidad. Antes de que se acerque la hora de acostarte, créate una rutina relajante. Te aconsejo que dejes el móvil fuera de la habitación y evites la televisión, comer o discutir en la cama. ¡Solo buena energía y a dormir!
3. Respeta los horarios. Nuestro cuerpo funciona como un reloj. Cada uno tenemos nuestro ritmo. Sea cual sea el tuyo, trata de respetar un horario regular, acostarte y levantarte a la misma hora y dormir entre 7 y 8 horas cada noche. Respeta la rutina de descanso y evitarás noches en blanco.
4. Evita los estimulantes. El café, el mate, el cacao, las colas y el té son estimulantes. Tomarlas en exceso perjudica el sueño pero algunas personas son muy sensibles y con una dosis muy baja ya notan efectos. Lo ideal es evitar todas estas sustancias ya a lo largo de la tarde para que el cuerpo y la mente lleguen relajados a la noche para poder dormir bien.
5. Controla la respiración. La tensión diaria se acumula como una olla a presión y llegamos a la noche con mucha tensión acumulada. Es el momento de hacer una descompresión: inspira por la nariz y espira lentamente por la boca. Trata de no pensar en nada más que en tu respiración. Eso te permitirá estar concentrada únicamente en eso y mentalizarte de que es la hora de ir a la cama.