Náuseas matutinas, barrigas y pechos que crecen o piernas hinchadas son señales de un embarazo sano y corriente. Pero a veces las mujeres que esperan un bebé no son las únicas que los sufren: sus maridos o novios las acompañan hasta el punto de presentar los mismos síntomas. Estos hombres experimentan el síndrome de Couvet, un embarazo psicológico por idenficación con el embarazo real de sus parejas.
Se trata de un síndrome que generalmente se manifiesta durante el primer y el tercer trimestre del embarazo y que se ha detectado en culturas muy distintas. No se considera una enfermedad y es totalmente involuntario. Algunos de los síntomas del síndrome de Couvet son la disminución de la energía, el dolor de espalda, la ansiedad, las pérdidas de memoria, las distracciones, los dolores estomacales, las náuseas matutinas e incluso las rampas en las piernas o el dolor de muelas.
Se han dado distintas explicaciones al síndrome de Couvade, como la envidia del hombre a la capacidad de la mujer de procrear, el temor a que el recién nacido acapare todo el afecto de la pareja o la marginación del hombre durante el proceso de gestación. Otros motivos son el estrés que puede generar convertirse en padre, los cambios hormonales o incluso el asombro tras la mera asistencia a clases de preparación para futuros padres.
Estamos embarazados
Algunos hombres sufren el síndrome de Couvade, que consiste en un embarazo psicológico que coincide con el proceso de gestación real de su pareja.

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