La esperanza de vida, especialmente en los países más desarrollados, ha aumentado considerablemente. No obstante, esta buena noticia conlleva un aumento de las enfermedades crónicas, con una mayor incidencia de trastornos por degeneración de los distintos sistemas orgánicos. Nuestro cuerpo no para de renovarse y nuestras células van reparándose y cambiando, de forma constante, pero también los sistemas orgánicos fallan y el aumento de la esperanza de vida incrementa las probabilidades de que se produzcan estos fallos.
La Medicina Integrativa es una medicina preventiva y personalizada que pretende tratar al ser humano en su conjunto y en relación con su hábitat para mejorar la salud y el bienestar de las personas, también las de edad avanzada. Cuidar la vejez es sobre todo cuidar el embarazo, la infancia, la juventud y la edad adulta, porque una vejez saludable, lo más longeva y sana posible, significa y es consecuencia, en la mayoría de los casos, de una vida anterior saludable.
En 2020, casi un 20% de la población en España era mayor de 65 años
Por ello, la Medicina Integrativa incide en cuidar siempre la alimentación, la respiración (y lo que respiramos), el contexto social y familiar, las patologías anteriores, la microbiota, la mente y los estados psicológicos y la genética, entre otros, como factores importantes de salud y de bienestar. No obstante, no debemos olvidar que, una vez llegados a la madurez y a la vejez, cuidarse no sólo es importante y un deber de las personas mayores, sino también de toda la sociedad.
En 2020, en España, casi un 20% de la población era mayor de 65 años. A causa del ritmo frenético y del cambio de modelo de las familias, esta franja de edad (que tiene -como hemos dicho-, a menudo, problemas de salud) se siente, con frecuencia, aislada y con falta de cuidados.

El cohabitaje, una opción para el envejecimiento activo y autónomo
En los últimos años, ha nacido en Europa y también en nuestro país la idea del cohabitaje senior. Esta iniciativa consiste en diseñar y compartir espacios comunes para personas (a partir de los 55 años) que se cuiden y se acompañen, mutuamente, manteniendo espacios privados para el bienestar personal.
Estos proyectos de “cohousing” buscan un envejecimiento activo y autónomo, en la medida de lo posible, en un entorno con los servicios adecuados y, a menudo, con una relación cercana a la naturaleza y alejándose de los entornos geriátricos habituales. Mientras que en España hay unos 30 proyectos de cohabitaje senior (algunos todavía en vías de realización) en otras zonas europeas como Holanda o Alemania es una práctica muy habitual.
La presidenta de la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa (SESMI) y médica especializada en acupuntura, Isabel Giralt, explica el proyecto de cooperativa de habitaje senior “El Nostre Racó” en el que está implicada: “En la zona del Montseny, de interés natural, entre dos ríos, con bosques y servicios cercanos y a sólo unos 45 kilómetros de Barcelona, tendremos seis casas unifamiliares de unos 70 m2 con un espacio común y un jardín de unos 700 m2 en los que hacer actividades diversas”.
La cooperativa es la propietaria de las casas y las 6 unidades familiares que vivirán en ellas avalan con sus aportaciones la compra del terreno y la hipoteca para la construcción de las casas de madera (que serán lo más sostenibles posibles con aerotermia y placas solares). “Pretendemos una nueva manera de envejecer saludable, en un espacio natural y en el que nos cuidemos entre todos y todas, en armonía y comunidad conjuntamente con la vecindad de Santa María de Palautordera. Cuando nos marchemos (por la razón que sea) la cooperativa y una nueva forma posible de vida en la vejez seguirá existiendo, sin propietarios ni propiedades y sin especuladores para un mejor bienestar”, apunta Giralt.
En el ideario de iniciativas de este tipo está la filosofía “Ikigai”, basada en la cultura japonesa, que siempre ha tratado con profundidad estos aspectos y que se puede tomar como ejemplo en la atención a las personas mayores.

La filosofía Ikigai: descubre tu misión en la vida
Podríamos traducir el término japonés “Ikigai” como “misión en la vida”; nunca es tarde para buscar y encontrar nuestro lugar en el mundo. Pero ¿cómo lo logramos? El profesor Yasuhiro Ohno, especialista en Medicina Bioenergética y Ayurvédica y director de la Fundación MOA en España y Portugal, explica que “según el principio de la Medicina Okadiada, la felicidad no se basa en la prosperidad (poder adquisitivo, acumulación de riquezas, etc.) sino en el bienestar, en reconocer las virtudes y limitaciones propias y en comprender nuestro entorno desde la naturaleza del ser”.
El secreto para una vida larga, sana y feliz está en amarse a sí mismo, amar al otro y cumplir con tu propósito de vida. Para ello, es esencial aprender que el ser humano debe evolucionar y avanzar como lo hace la naturaleza, dando vida a cada estación que pasa. El bienestar está en quien se conoce a sí mismo, conoce su propia naturaleza y comprende el mundo que le rodea, incluyendo al prójimo. “Debemos cambiar y priorizar la gratitud, el amor altruista, la práctica de la honestidad y el sentido común. De acuerdo con la metodología Ikigai, una actitud pacífica y de alegría plena aporta salud, un propósito altruista nos lleva a la sanación”, añade Ohno.
La indiferencia ante el mundo genera energías negativas y odio, atrae el dolor, los problemas y las molestias. Los medicamentos pueden detener estos síntomas de forma momentánea, pero no se sana lo que realmente está originando esa situación. Según la filosofía Ikigai, la perfección humana está en la búsqueda constante y en una vida que venere la disciplina y el orden.
La injusticia, las dificultades o las circunstancias negativas forman parte de nuestro ciclo vital, de nuestra evolución. “No debemos sólo luchar y dominar, deshacernos de la enfermedad y de los síntomas. Debemos prestar atención a la prevención y al poder de la curación natural, a través de un estilo de vida saludable y del autoconocimiento”, señala Ohno.
Una vejez sana se vive con confianza, sensatez y gentileza, siendo flexible y adaptándose a las circunstancias complejas, en una búsqueda constante de la sabiduría, sin dejar de esforzarse ni resignarse para lograr la recompensa final que es la salud plena, que podemos conseguir incluso estando enfermos, y la felicidad. Recuerda que todo es una cuestión de actitud ante la vida. De hecho, los nuevos abuelos se sienten cada vez más jóvenes, pero sin olvidar la etapa en la que están.