Todos hemos experimentado alguna vez una temporada de cansancio extremo, donde nos sentimos sin energías y con dolor muscular y en la que nos cuesta descansar bien. Ahora, imagínate tener que vivir así siempre. Eso es lo que sufren las personas que tienen fibromialgia y síndrome de fatiga crónica.
Se trata de dos enfermedades muy similares que pueden confundirse por sus síntomas y la inexistencia de una prueba concreta que pueda identificarlas. Pero también existen diferencias entre ambas que permiten hacer un diagnóstico apropiado.
¿Qué es la fibromialgia?
Se trata de una de las enfermedades con más dudas a su alrededor. Los investigadores no terminan de conocer su origen ni funcionamiento, y como hemos dicho, no hay una prueba que la detecte, sino que se diagnostica por los síntomas asociados. Por tanto, muchas personas que la sufren son cuestionadas y se niega su dolor, lo que puede llegar a afectar más todavía a los pacientes, generándoles más ansiedad.
Sin embargo, se estima que en España cerca de 900.000 personas sufren fibromialgia, según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología. Ante tantas personas afectadas y el desconocimiento, el Ministerio de Sanidad tuvo que crear una guía de referencia para la actuación de los profesionales, donde la define como "una afección crónica de etiología desconocida, caracterizada por la presencia de dolor crónico musculoesquelético generalizado".
Aunque no se conocen de forma exacta las causas que la provocan, algunas evidencias apuntan a que pueden estar implicadas las alteraciones en determinadas sustancias de procesos neuroquímicos, el desequilibrio de neutrotransmisores del sistema nervioso, cierta predisposción genética y los cuadros depresivos.

¿Cómo son los dolores de la fibromialgia?
Al no haber un examen médico que la identifique, es fundamental conocer bien los síntomas que pueden llegar a diagnosticar la fibromialgia. Para empezar, si eres una mujer entre los 30 y los 60 años tienes más posibilidades de sufrirla, por lo que debes estar atenta a sus síntomas:
- Dolor crónico en zonas tendinosas, articulares, viscerales y musculares
- Cansancio general
- Alteraciones del sueño
- Rigidez muscular
- Pérdida de concentración
- Ansiedad o depresión
- Palpitaciones
- Sensación de tumefacción en manos
- Cefaleas
Estos síntomas se pueden presentar en distintas intensidades, de modo que pueden llegar a un alto nivel de interferencia con la realización de actividades diarias en el que es necesario solicitar la baja temporal por enfermedad.
¿Qué es la fatiga crónica?
El síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica es una enfermedad grave y de larga duración que afecta a muchos sistemas del cuerpo y que consiste en una inflamación del sistema nervioso central y muscular. Al igual que en la fibromialgia, no se conocen las causas y es posible que dos o más desencadenantes causen la enfermedad. Actualmente se está investigando si pueden estar detrás las infecciones, cambios en el sistema inmunitario y el estrés.
Sus síntomas se basan principalmente en la disfunción endocrinóloga, inmunológica y neurológica. A menudo, el síndrome puede dificultar el desarrollo normal de las actividades diarias, de manera que incluso muchos pacientes no pueden ni salir de la cama.

Síntomas de la fatiga crónica
De nuevo, los síntomas son clave para el diagnóstico de la fatiga crónica, una enfermedad que afecta más a las mujeres entre 40 y 60 años. Entre los más comunes se encuentran:
- Fatiga severa que no mejora con el descanso durante más de seis meses
- Problemas para dormir
- Malestar o fatiga post-esfuerzo, donde sus síntomas empeoran después de cualquier actividad física o mental
- Problemas para pensar y concentrarse
- Dolor generalizado
- Mareos
Diferencias entre fibromialgia y fatiga crónica
Aunque son enfermedades fácilmente confundibles, la principal diferencia es que en la fibromialgia suele predominar más el dolor muscular que el cansancio, más presente en la fatiga crónica. Además, la fibromialgia suele aparecer en edades más avanzadas, mientras que la fatiga crónica suele tener su aparición en años más tempranos.
Por supuesto, otra diferencia clave es que en la fibromialgia la fatiga desaparece con el descanso y no se produce agotamiento al hablar, mientras que en la fatiga crónica el cansancio no desaparece al descansar y el hablar sí puede agotar.
Otras diferencias más específicas son el dolor de garganta, presente en la fatiga crónica y no en la fibromialgia, y la hipersensibilidad a medicaciones, a determinados ruidos y dosis mínimas de alcohol que produce la fatiga crónica, pero no la fibromialgia.