Las bajas temperaturas son uno de los factores que en invierno propician la aparición de gripes y resfriados. Como consecuencia, muchas personas llegan a tener fiebres altas, que aunque no es una enfermedad como tal sí que se trata de un síntoma que indica que nuestros mecanismos de defensa están actuando contra los agentes invasores que pueden causar daños en el organismo. Dicho así suena excesivamente científico pero este aumento en la temperatura corporal cambia cuando se trata de bebés y niños. Y es que, en estos casos hay que poner mucha más atención ya que los síntomas de la fiebre en los más pequeños son de mayor riesgo y pueden requerir un tratamiento adaptado e, incluso, hospitalización.
Sin que cunda el pánico, lo más importante es poder tomar la temperatura de una manera exacta y rápida a bebés y niños para poder actuar en consecuencia. Para ello, hay que tener en cuenta las variaciones de temperatura que existen según el lugar de medición: boca, axila, oído, frente o recto. Así el Intervalo de temperatura normal es el siguiente según el sitio de la medición:
- Axila de 35,9 °C a 37,0 °C
- Boca de 35,9 °C a 37,0 °C
- Recto de 36,3 °C a 37,5 °C
- Oído de 35,8 °C a 36,9 °C
- Frente de 35,8 °C a 36,9 °C
¿Cuándo se considera fiebre?
La temperatura del cuerpo fluctúa de forma natural a lo largo del día. Por ejemplo, es un poco más alta por la tarde que por la mañana. Por eso la temperatura corporal normal debe considerarse como un intervalo. Se considera fiebre a partir de 38,5 °C. Conforme a las mediciones de la temperatura rectal, los intervalos pueden clasificarse de la siguiente manera:
- Temperatura corporal normal: de 36,3 °C a 37,5 °C.
- Temperatura corporal aumentada: de 37,6 °C a 38,4 °C.
- Fiebre: de 38,5 °C a 38,9 °C.
- Fiebre alta: por encima de 39 °C.
¿Qué hacer si el bebé tiene fiebre?
Lo más importante para tratar la fiebre del pequeño, es prestarle siempre una atención especial que contribuya a su descanso y haga que se sienta protegido por sus padres, ofreciéndole algo de beber cada 30 minutos y comprobando el estado de su temperatura en intervalos regulares.
A partir de ahí, si se alcanza una temperatura corporal de entre 38ºC y 38,9ºC, se aconseja también ofrecerle solamente comida ligera y digestiva y si es necesario, darle medicamentos para reducir la fiebre siempre y cuando se haya consultado antes con un pediatra o profesional sanitario.
Finalmente, en caso de fiebre alta, con una temperatura corporal que alcance los 39ºC o más, se aconsejan también los baños de esponja tibios para rebajar la fiebre del pequeño y evitar el exceso de ropa y mantas que pueden provocarle una subida mayor de temperatura.