En la cultura de la rapidez y del esfuerzo en la que nos movemos pocas veces se habla de la importancia del descanso. Aunque cada vez lo traemos más a nuestras conversaciones, siempre tengo la sensación de que está mal querer ser una persona descansada, relajada y sin estrés.
Necesitamos poner el foco en dormir y descansar más, es una realidad
No solo aumentando el número de horas de sueño o de “no hacer”, sino también trabajando en mejorar la calidad de ese sueño y la reconexión que nos rinda ese no hacer.
Lo cierto es que no somos conscientes de lo importante que es el sueño en nuestra vida hasta que atravesamos una época en la que tenemos dificultades para dormir. En ese momento comprobamos que, sin un correcto descanso, nuestra calidad de vida empeora, y mucho.
El bucle del poco descanso
Así es como llamo yo al fenómeno que sucede cuando empezamos a dormir mal, a consecuencia de esto vivimos peor y, con las preocupaciones que esto nos crea, se perpetúa la dificultad para dormir o el poco descanso.
Imagina que, por el motivo que sea, pasas una semana sin poder dormir correctamente o con insomnio. Tu calidad de vida empeora, te encuentras mal físicamente, pronto empieza el agotamiento mental y todo ello te lleva a una sobrepreocupación por todo, falta de concentración e irritabilidad.
Así, en ese estado, cada día te resulta más difícil descansar y te encuentras en un bucle del que no sabes salir.
Y en este punto se vuelve imprescindible asumir la responsabilidad de los cambios que necesitamos hacer y empezar a movernos para mejorar nuestra calidad de vida lo antes posible.
Es motivo de consulta en psicoterapia y también suele abordarse en procesos de coaching para un análisis completo de la situación, la revisión de los hábitos y tener un acompañamiento adecuado para trabajar el bienestar que se desea.