Hace poco celebramos San Valentín, pero lo que mucha gente no sabe es que el 14 de febrero no es solo el día de los enamorados, sino también el Día Europeo de la Salud Sexual, cuyo objetivo es concienciar a la sociedad de la importancia de informarse y cuidarse durante las prácticas sexuales para disfrutar de una sexualidad saludable.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada día casi un millón de personas contraen una Infección de Transmisión Sexual (ITS), como clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis, lo que hace que anualmente sean unos 357 millones de hombres y mujeres los afectados.
Sin embargo, muchas personas emplean el término ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) cuando se quieren referir a las infecciones por un contacto sexual. ¿Pero, ¿son lo mismo ITS Y ETS? La respuesta es no, y vamos a explicarte cuál es la diferencia entre ambos conceptos.
¿Qué es una ITS?
Una ITS es una infección producida por el contacto entre dos personas en el acto sexual. La infección se puede producir por contacto vaginal, anal u oral sin protección, por eso, es muy importante usar preservativo. Las más comunes son: sífilis, gonorrea, clamidia, Virus del Papiloma Humano (VPH), VIH y hepatitis B y C.
Principales síntomas de las ITS
Hay veces que las infecciones son asintomáticas o tienen síntomas difíciles de diagnosticar, pero cuando sí los tienen, los principales síntomas son:
- Heridas en la zona genital
- Verrugas genitales
- Dolor al orinar
- Cambios en el flujo genital
- Dolor en la parte baja del abdomen
- Secreciones de pus en los genitales o en el ano
- Lesiones en la boca
- Manchas en la piel

Foto: Chilly
¿Qué es una ETS?
Cuando nos referimos a una infección producida por una relación sexual, utilizaremos el concepto ITS. Cuando la infección se agrava y se convierte en enfermedad hablaremos de ETS. El caso más conocido es el cáncer de cuello de útero, que la mayoría de las veces está provocada por el VPH (virus del papiloma humano), la infección más común entre ambos sexos.
Las ITS se producen por microorganismos que necesitan un medio apropiado donde desarrollarse y causar la enfermedad, por eso, además de usar preservativo, es muy necesaria una correcta higiene íntima antes y después de mantener relaciones sexuales.
Sin embargo, la Dra. Belén Gómez, ginecóloga del Hospital Infanta Leonor y colaboradora habitual de Chilly, marca especializada en productos de higiene íntima femenina, recuerda que las duchas vaginales, salvo en determinadas ocasiones recomendadas por un ginecólogo, están completamente desaconsejadas: "En condiciones normales se recomienda el lavado de la zona íntima una vez al día, aunque si hay relaciones sexuales, hay que hacerlo antes y después”, añade.

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De igual forma, la Dra. Gómez recomienda el uso exclusivo de productos específicos para la zona íntima, que “ayudarán a mantener la salud vaginal y los niveles ideales del pH, ya que un gel de higiene íntima tiene un pH más ácido, agentes limpiadores más suaves y además está testado bajo control ginecológico”.
Por tanto, una correcta protección durante el sexo y una buena higiene íntima pueden ayudarte a prevenir infecciones de transmisión sexual y las enfermedades que se derivan de ellas. De modo que no pases por alto ni una cosa ni la otra y acude a las revisiones con tu ginecólogo siempre que toque.