Sorprende que afirmes en tu libro que la quimioterapia no siempre es la solución.
Actualmente hay estudios que confirman científicamente que la quimioterapia cura ciertos tipos de cáncer pero en una inmensa mayoría solo reduce la masa tumoral. No cura. Yo creo que la quimio se ha de dar pero es cierto que a nivel coadyuvante hay dudas científicas. Con fines paliativos es cuestionable. Quimio sí, pero no en todas las circunstancias.
Se propone como alternativa el conocimiento inmuno-oncológico. ¿En qué consiste?
Se basa en potenciar el sistema inmune de tal modo que el paciente pueda controlar el tumor. De hecho, en el último congreso que hubo, ASCO (Sociedad Americana de Oncología Clínica) se está planteando el intentar recurrir a este tipo de estrategias.
También hablas de aplicar la medicina integrativa –que no alternativa– como solución al cáncer.
El ser humano es dimensional. Somos una parte orgánica, otra emocional y otra esencial. Por tanto, patologías tan graves como el cáncer deben ser contempladas desde todas las dimensiones. La medicina integrativa intenta aprovechar las fortalezas que tiene la medicina convencional, potenciarlas y reforzar sus debilidades. Esto se lleva a cabo integrando una serie de estrategias terapéuticas que aporten eficacia y seguridad. La medicina alternativa sería “o te tomas un fármaco o te tomas x”. La integrativa es el “y”. Integras estrategias no convencionales a las convencionales. Por ejemplo, se ha demostrado que la acupuntura va muy bien para los vómitos de los pacientes con cáncer.
¿Por qué una mala gestión emocional afecta tanto nuestra salud?
Está claro que cualquier alteración emocional puede afectar al sistema nervioso, endocrino e inmune. Hay estudios que demuestran que las personas con depresión o ansiedad son más propensas al cáncer o su pronóstico es un poco peor. Para mí que haya un equilibrio emocional es fundamental. Hay ciertas líneas de estudio como la bioneuroemoción o la biodescodificación que así lo afirman aunque, en este sentido, todavía falta mucho.
En el libro explicas que quienes practican ejercicio físico tienen un riesgo de un 30-40% menos de desarrollar cáncer de colón y un 40-50% del de mama. ¿Qué nos recomendaría?
Así es. Hay que hacer ejercicio tres o cuatro veces a la semana, pero que sea algo más que caminar porque desde un punto de vista biológico hay un desajuste ya que lo que comíamos antes y lo que comemos ahora es muy distinto. Y, además, antes el hombre no era nada sedentario y ahora lo es mucho. Todo esto provoca obesidad, que se atrofien los órganos y un peor funcionamiento.
Para ti la vida es como “un acto de malabarismo sobre varias cuerdas”.
Decíamos antes que el ser humano es dimensional. Y en lugar de explicarlo por dimensiones utilizo el concepto “cuerda”. La primera es la orgánica que tiene que ver con cómo me alimento, cómo tengo mi flora intestinal... La segunda es la que tiene que ver con los conflictos emocionales que tenemos y no expresamos. Y la tercera, la más importante, es la esencial que tiene que ver con estar contento con uno mismo. Dando fortaleza a cada una de ellas, minimizaremos el riesgo de enfermedad.