Después del verano, nuestra piel ha sufrido en bastantes ocasiones las radiaciones solares, sobre todo, si no la protegemos de la manera adecuada. El problema es que los rayos UV pueden perjudicar gravemente nuestra piel y, además, dejan huella. Y es que las manchas de sol en la cara, en ocasiones, son las que más nos incomodan porque son las más vistosas.
Las zonas más sensibles de nuestro cuerpo son la cara, la zona del escote, la espalda y las manos, donde suelen aparecer manchas oscuras de color marrón a consecuencia de haber tomado el sol sin usar protección o no usarla adecuadamente.
Estas reacciones de la piel al sol se transforman en lesiones, existen de diferentes tipos y pueden eliminarse, aunque lo mejor y más seguro para nuestra salud es prevenirlas, tanto en verano como en invierno.
Tipos de manchas producidas por el sol
Las manchas de sol son lesiones peligrosas en nuestra piel y pueden aparecer de dos tipos, lentigos o seniles solares y melasmas.
- Lentigos solares. Estas son las manchas de sol más comunes. Suelen ser planas, irregulares y de color marrón y no se parecen a las pecas porque son más grandes. Cuando aparecen, siempre mantienen el mismo tamaño y color. Las personas más propensas a sufrirlas son las de piel más clara.
- Melasmas. Aparecen por el aumento de la melanina en nuestra piel y son esas manchas de sol que surgen en la cara (labio superior, frente, mejillas o nariz). Son más frecuentes en pieles morenas y en mujeres embrazadas. Estas pueden variar un poco su tono y aclararse en invierno.
Es conveniente que en el caso de que las manchas sean úlceras que no se curan, que formen costras y duren semanas o meses, tengan los bordes rosados o tengan descamación y se encuentren en la cara, el tronco o alguna extremidad, se acuda al médico para revisarlas.
Consejos para tratar y prevenir las manchas solares en la cara y en la piel
Los tratamientos varían en función del tipo de manchas de sol que aparezcan. En el caso de los lentigos, es necesario recurrir a láser, criocirugía o nitrógeno líquido. Al igual que ocurre con los lentigos, los melasmas no pueden eliminarse sin un tratamiento médico y necesitan láser de baja potencia, microdermoabrasión o exfoliación química.
Eso sí, en el caso de los melasmas, cremas que contengan ácido azelaico pueden ayudar a despigmentarlas y que se vean menos oscuras. Aunque la mejor solución es intentar prevenirlas y protegernos del sol de una forma adecuada para que estas no vuelvan a aparecer.
Para prevenir que salgan manchas de sol en la piel, es importarte usar protección solar siempre (no solo cuando vayas a la playa o la piscina), incluso en invierno. Y si no eres de cremas, lo mejor es que uses sombreros que ayuden a que las radiaciones solares no penetren en tu rostro. Así evitarás que tu cara se vea envejecida en pocos años y que aparezcan lentigos o melasmas indeseados.
Las manchas blancas de la piel ya tienen solución
Sobre todo, disfruta del sol sin hipotecar la salud de tu piel a largo plazo, y es que las consecuencias pueden ser mucho más graves, como cáncer de piel. Pero no te preocupes, con las cremas solares de las que disponemos ahora, hacerlo es una tarea sencilla.
