Durante este mes se organizan diferentes actividades y eventos para sensibilizar a la población sobre la importancia de realizarse pruebas de detección y chequeos regulares para encontrar la enfermedad en sus etapas iniciales.
El colon, también llamado intestino grueso, es parte de tu sistema digestivo. Su función es procesar los alimentos y absorber los líquidos y ayudar a obtener los nutrientes necesarios para el organismo. Es precisamente por esta razón que los desechos se hacen más compactos y se forman heces.
En el colon derecho (ciego y colon ascendente) la flora bacteriana realiza procesos de fermentación y se realizan intercambios de líquidos a través de la pared intestinal. En el colon izquierdo se realizan sobre todo funciones de reabsorción de líquidos de las heces, evitando así su pérdida en la defecación.
El recto es la parte final del intestino grueso (o colon) y tiene una longitud de 15 cm, y de aquí las heces fecales salen del cuerpo a través del ano. El recto recibe los materiales de desecho que quedan después de todo el proceso de la digestión de los alimentos, constituyendo las heces.
Todas las funciones que hemos descrito y que tienen lugar en estas dos zonas del organismo son posibles gracias a una “infraestructura” de enzimas, proteínas, hormonas y tejidos que se interrelacionan en una sincronización perfecta. Pero en algún momento, alguna de las millones de células que participan en estos procesos puede fallar, iniciando nuevos procedimientos, igualmente complejos, que pueden implicar el inicio de un cáncer.
Hoy sabemos que el cáncer colorrectal es uno de los tipos de cáncer más comunes en España. La buena noticia es que es altamente tratable si se detecta a tiempo. La detección temprana es, por tanto, clave para mejorar las tasas de supervivencia y reducir la morbimortalidad asociada a esta enfermedad.

¿Qué es el cáncer colorrectal?
Se trata de un tipo de cáncer que se desarrolla en el colon o en el recto. El colon y el recto son, como ya hemos explicado, partes del sistema digestivo que forman el intestino grueso y son responsables de la eliminación de los residuos del cuerpo.
El cáncer colorrectal suele comenzar como un crecimiento no canceroso (pólipo) en la pared del colon o del recto, que con el tiempo puede convertirse en canceroso si no se detecta y se trata a tiempo.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer colorrectal?
Los síntomas del cáncer de colon pueden variar y algunos pacientes pueden no presentar síntomas durante las etapas iniciales del cáncer. Sin embargo, los siguientes síntomas pueden ser indicativos de esta enfermedad:
- Cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento persistentes.
- Sangrado rectal o presencia de sangre en las heces.
- Dolor abdominal o sensación de cólicos abdominales persistentes.
- Fatiga y debilidad inexplicables.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Sensación de que el recto no se vacía completamente después de defecar.
- Anemia inexplicable.
Es importante señalar que estos síntomas no siempre son indicativos de cáncer de colon o de recto y pueden ser causados por otras afecciones médicas. Si experimentas alguno de ellos es importante que consultes a un médico para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

¿Cómo puedes protegerte del cáncer de colon o de recto?
Es importante generar conciencia sobre la reducción del riesgo y el diagnóstico temprano del cáncer colorrectal, ya que la detección temprana puede generar mejores resultados que si se diagnostica después de que la enfermedad haya hecho metástasis.
Una sencilla prueba de detección es suficiente para salvar vidas. Es recomendable realizar exámenes de detección regulares para hallar cualquier signo temprano de esa tipología de enfermedades, incluso aunque no se presenten síntomas, como las siguientes:
- Prueba de sangre oculta en heces. Esta prueba busca rastros de sangre en las heces que no se pueden ver a simple vista. La presencia de sangre puede indicar la presencia de un tumor en el colon o el recto.
- Colonoscopia. En esta prueba, un médico usa un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo para examinar el colon y el recto. Si se encuentra algún pólipo o tumor, se pueden tomar muestras para biopsia o eliminarlos durante el mismo procedimiento.
- Prueba de ADN en heces. Esta prueba busca cambios en ciertos genes que son comunes en las células cancerosas en las heces. Si se detectan cambios, puede indicar la presencia de un tumor en el colon o el recto.
- Prueba de enema de bario. En esta prueba, se inyecta un líquido llamado bario en el recto para recubrir el colon. Luego, se toman radiografías para detectar cualquier anormalidad en el colon.
- Sigmoidoscopia. Similar a la colonoscopia, en esta prueba se examina solamente la parte inferior del colon (sigmoides) y el recto.
Recuerda que la microbiota intestinal es parte importantísima de nuestro cuerpo, y un solo cambio en ella puede afectar al resto de toda tu salud. No esperes a tener síntomas. Contrólate y consulta a tu médico.
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