Fundadora de su estudio de yoga I.AM.YOU en Nueva York, coach nutricional e instructora de mindfulness, en su libro ‘Yoga para la vida real: Retox’, Lauren Imparato explica en qué consiste su popular técnica de bienestar.
¿Por qué su método se llama Retox?
Es lo contrario del detox; yo impulso una práctica que ayuda a superar las principales dificultades de manera activa, sin dolor ni restricciones.
¿Es un libro de autoayuda?
Hay un poco de coaching y autoayuda, pero realista. El libro se dirige a personas urbanitas que se estresan, tienen dificultades y poco tiempo libre, pero no quieren renunciar a vivir la vida.
Para todo problema, hay una solución…
Mi método es eficaz para aliviar las 20 principales dificultades de la sociedad moderna: la ansiedad, el dolor de espalda, la adicción a la tecnología… Y propongo una solución de 360º para cada problema, con ejercicio, ya que recomiendo el mejor yoga en cada caso y una tabla de entrenamientos específicos; alimentación adecuada, con recetas muy fáciles de preparar y, por último, consejos para que la actitud sea positiva y conseguir el reto que cada uno se haya propuesto.
¿Su método es un reto?
Sí, porque puede transformarte, hacerte plantear las cosas, reformarte, reinventarte y convertirte en la persona que puedes y quieres ser realmente.
También recomienda la banda sonora.
Hay una música para cada reto pero, sobre todo, aconsejo a los lectores que, antes de seguir cualquier sugerencia del libro, consulten a su médico, porque todos somos diferentes y lo que le puede funcionar a una persona, a otra, no. Además, hay que tener en cuenta que el yoga puede provocar lesiones si no se realiza correctamente.
¿En qué yoga te basas?
En el yoga tibetano, que es una filosofía milenaria, con una buena base de fuerza mental y agilidad. Está indicado para cualquier persona.
Afirmas que te costó tiempo adaptarte al yoga, ¿qué recomendarías para no morir en el intento?
Mi primera clase me pareció horrible y no podía ni tocarme las rodillas. Pero yo quería tener unas piernas de jilguero y, al final, descubrí que vale la pena el esfuerzo porque el yoga me ayudó para muchas más cosas que para tener unas piernas bonitas.
¿Necesitamos más tiempo para practicar yoga?
No es cuestión de tiempo, porque el rato que te pasas viendo las redes sociales, lo puedes aprovechar para hacer yoga, e incluso puedes hacer cursos de yoga a través de internet. Tampoco hay que esperar a tener un buen momento (menos estrés, trabajo…), porque la ocasión ideal no llega nunca. En mi método hay un proceso: aceptar que tu cuerpo cambia y que debes de tener paciencia con él.
¿Por qué su método tiene un enfoque holístico?
El yoga es una palabra que significa “unión” y tiene la respiración como el nexo entre la parte espiritual y corporal: lo que comes afecta a cómo te sientes, que influye en tu percepción mental, la cual rige tus pensamientos y tu estado de ánimo, que es el que al final determina lo que te apetece comer.
Siendo yogui, ¿no es contradictorio renegar de la dieta vegetariana?
Dejé de comer carne por presión social, pero tuve problemas graves de salud y aprendí a basar mi dieta en datos científicos sólidos que son los que vuelco en mi libro. Ambas cosas no son incompatibles.
Se nota que fuiste vicepresidenta de Morgan Stanley y que trabajabas en la bolsa de Wall Street, porque tu libro es muy riguroso.
¡Gracias por el cumplido! Te diré que creo que no somos lo suficientemente agradecidos a la vida ni a quienes rodean, cuando no nos cuesta nada hacerlo.