Todo parece girar. Se suele tener la impresión de que caemos o perdemos el equilibrio y se acompaña de náuseas y sudoración. Estás ante un episodio de vértigo. Según el tipo de vértigo, pueden haber problemas para enfocar la vista, zumbido en los oídos y pérdida de audición. La sensación de vértigo puede durar segundos, minutos e, incluso, horas. En ocasiones, los episodios pueden producirse varias veces en el día o varios días seguidos, lo que supone un problema para la vida cotidiana. Estos pasos te ayudarán a plantarle cara.
1. Colocarse en una zona segura. Si estamos conduciendo, detener el coche. Si estamos de pie, buscar un punto de apoyo. Si estamos sobre un taburete o escalera, bajar. La idea es evitar la pérdida total de control que derive en una caída y, si esta se produce, evitar accidentes mayores.
2. Fijar la mirada en un punto concreto y no apartarla de allí. Aunque todo parezca dar vueltas, no hay que cerrar los ojos, ya que la vista desempeña un papel importante en el equilibrio.
3. No mover la cabeza, especialmente hacia atrás, a menos que sea para realizar el ejercicio o la maniobra precisa para el vértigo posicional.
4. Controlar la respiración. La idea es hacerlo despacio, evitando la hiperventilación y la agitación, que aumentarán la sensación de vértigo. Inspiración honda, espiración suave y pausada.
5. Relajarse, en la medida de lo posible. Es importante ahuyentar la angustia y el miedo, y para ello es preciso recordar que los episodios de vértigo cesan, que no duran eternamente.
¿Padeces vértigos y mareos? En el número de diciembre de la revista Objetivo Bienestar, te contamos qué los provoca y dónde encontrar la solución