Paralelamente a un creciente interés por nuestra vagina, aumentan también las opciones de medicina estética para alcanzar ciertos cánones de belleza, junto con la depilación extrema. Así que conocer bien la vagina debería ser obligatorio para todas: su anatomía y funcionamiento están íntimamente relacionadas con el placer sexual para la mujer, su autoestima y su salud. Sin embargo, es la gran desconocida. “La vagina y las zonas que la rodean tienen una gran significación para las mujeres, no solo clínica, sino social y cultural”, dice Isabel Serrano Fuster, ginecóloga de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE). Algo que coincide con la visión que ofrece la escritora Naomi Wolf en su libro Vagina (Kairós) donde considera que “esta parte íntima de la mujer es un componente intrínseco del cerebro femenino. Por tanto, posee una conexión esencial con la consciencia femenina”. ¿Qué mejor que el conocimiento de cada parte para sentirse bien?
Clítoris: la punta del iceberg y de la vulva
Emerge en la parte superior de la vulva en forma de punta o glande. Pero lo que vemos es solo el 10% de su extensión. “El 90% del clítoris se encuentra dentro: va desde el ano a la vagina, la bordea, llega al pubis, baja y sale como la punta de un iceberg, que es lo que vemos”, explica Anabel Carabantes, matrona y sexóloga del centro Ancara Perinatal, en Madrid. Anabel, que además de atender partos se dedica a dar talleres a mujeres que quieren conocer su vagina, describe con detalle el camino que recorre el clítoris: “Al llegar al pubis se bifurca, a la derecha y a la izquierda, alcanzando cada lado de la ingle. De manera que, si colocamos dos dedos sobre la punta del clítoris, en posición sentada, y los abrimos como si fuera un compás, tocaremos a cada lado un hueso, justo ahí se encuentran los pies del clítoris. Hay mujeres que alcanzan placer al estimular esa zona”. ¿Qué función tiene este órgano? “Su única función es dar placer. Es similar a la estimulación del glande en el hombre”, responde María Ferrero, ginecóloga en el Centro Joven de Atención a las Sexualidades (CJAS), en Barcelona.
De la punta del clítoris parten dos pliegues alargados, conocidos como labios menores o internos, que rodean y protegen las aberturas de la vagina y de la uretra. Pero que también son muy sensibles al tacto: “Por su base van los cuerpos cavernosos que son los que transmiten toda la sensibilidad hacia el clítoris. La estimulación de estos labios provoca la estimulación de toda la zona que ayuda a llegar al orgasmo”, indica Ferrero. Toda la anatomía descrita forma parte de la vulva, que se encuentra protegida por los labios mayores o externos, compuestos fundamentalmente de tejido graso.
La ducha vaginal
Aunque es una zona oculta también reclama higiene, según dice María Ferrero, se recomienda la misma que en el resto del cuerpo, pero con una salvedad: “No se debe aplicar el jabón directamente sobre la vulva porque reseca la zona, hay que diluirlo en agua y aplicar la espuma con la mano, no con esponja”. Hay que tener especial cuidado también con el exceso de higiene, ya que esto supone un agresión para la piel: “El exceso de limpieza o de exposición al agua de nuestra piel destruye sus barreras protectoras (el manto ácido, hidrolipídico, corneo, bacterias benignas) y abre la puerta de entrada a bacterias, hongos, virus y a otros microorganismos. Por tanto, la ducha diaria en condiciones normales con jabones de pH neutro adecuado suele ser suficiente”, aconseja Román Barabash, dermatólogo del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Depilación integral del pubis
Los dermatólogos también alertan sobre la moda de depilarse las zonas íntimas. Según constata la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), la enfermedad de transmisión sexual que más ha aumentado a causa de la depilación integral son los condilomas o verrugas genita- les causadas por el virus del papiloma humano (HPV). “Con la moda de depilación púbica, los dermatólogos asistimos impotentes a un aumento alarmante de las enfermedades de transmisión sexual entre los jóvenes”, advierte el doctor Ramón Grimalt, profesor de Dermatología en la Universitat Internacional de Cataluña.
Vagina: tu viaje al interior
La vagina es la parte que no se ve. Su función se basa en permitir las relaciones sexuales y la reproducción. Para explorarla necesitas introducir tus dedos: el tacto te dará una idea de su morfología. “Es como un bolso que comunica la vulva con el cuello del útero. Está tapizada por una mucosa y su forma es como un acordeón, que se adapta a lo que entra en ella”, describe Carabantes. Al fondo de la misma se divisa el cuello del útero. Una las características de la vagina es su gran elasticidad: puede llegar a dilatarse más de 10 centímetros para que el recién nacido salga por su interior en el momento del parto. Por dentro, su textura es húmeda y cálida, y “presenta pequeñas ondulaciones que se adaptan al objeto que entra en su interior, algo que se atenúa con la edad, de manera que en la menopausia pierden elasticidad”, señala Ferrero. Su longitud depende de la talla y el peso de la mujer: “Cuanto más baja es la mujer, más corta es la vagina; y si aumenta de peso, también aumenta el tamaño vaginal porque uno de sus tejidos es graso”. El problema más frecuente en esta zona son los hongos, que “aunque aparecen en la vagina, el picor afecta a la vulva”, advierte la ginecóloga.
Otro de los signos a tener en cuenta es el olor. Según comenta la ginecóloga Isabel Serrano, en torno al olor vaginal se usan términos machistas con connotaciones negativas. “Sin embargo, hay que saber que toda secreción, de cualquier parte del cuerpo, suele acompañarse de un olor, más o menos intenso. En el caso de la vagina el olor tiene que ver fundamentalmente con la higiene corporal y genital y con pérdidas de orina mantenidas en la zona”, señala. En cambio, “cuando el flujo tenga mal olor, se acompañe de irritación o picor y adquiere un color amarillento-verdoso, puede indicar infección vaginal que requiere diagnostico y tratamiento”, advierte esta especialista. Lo más común, según dice, es que se trate de vaginosis bacteriana, producida por la bacteria Gardnerella, muy común y de fácil solución tras el tratamiento.
Uretra: Eyaculación femenina
La uretra es el orificio más cercano a la vagina, se trata de un pequeño conducto que en la mujer mide unos 4 centímetros y comunica la vejiga con el exterior permitiendo la salida de la orina. Pero además, posee otra función desconocida para la mayoría de las mujeres: es el canal por el que se eyacula. Sí, la mujer también eyacula. “La esponja uretral es un tejido que rodea la uretra por dentro, conforma una zona muy erótica compuesta de glándulas que, al estimularla, segregan un líquido transparente que tiene las mismas características que el líquido prostático del hombre y que se expulsa por la uretra; es decir, eyaculamos”, sentencia Anabel Carabantes.