Ya sea por desconocimiento o por pudor (los tabúes que envuelven el sexo), el suelo pélvico ha sido durante años un auténtico desconocido pese al papel capital que juega en la anatomía de la mujer. Ubicado en la cavidad inferior del abdomen, el suelo pélvico lo conforman un conjunto de fascias, músculos y ligamentos que sostienen los llamados órganos pélvicos -recto, vejiga, uretra, útero y vagina- y contribuyen a su funcionamiento normal.
Al tratarse de un músculo, la forma de prevenir las dolencias asociadas al suelo pélvico es mantenerlo tonificado. El más frecuente es la incontinencia urinaria, pero también está relacionado con la vaginitis o el dolor coital. Por el contrario, un suelo pélvico trabajado estimula la circulación de los genitales, mejora el deseo sexual y evita los escapes de orina, tan frecuentes tras el parto y con la menopausia.
En los años 50, el ginecólogo Arnold H. Kegel desarrolló una técnica que se ha demostrado muy eficaz en ese sentido, los bautizados como ejercicios o gimnasia Kegel. Hoy, urólogos y ginecólogos recomiendan su práctica tanto a chicas jóvenes, como medida preventiva, como a mujeres que ya han desarrollado alguna de las patologías citadas, siempre que estén en un estado leve. La gimnasia Kegel es muy sencilla y los resultados, rápidos. En sólo tres meses ya se pueden apreciar.
¿Cómo se hacen los ejercicios Kegel?
Los expertos recomiendan realizar los ejercicios al menos dos o tres veces con el asesoramiento de un profesional para cerciorarse de que entienden la mecánica. Los ejercicios desarrollados por el doctor Kegel consisten en realizar ejercicios de contracción de la vagina y realizar entre ocho y doce repeticiones al día. Cada ejercicio de contracción debe durar entre siete y diez segundos. Cuando el suelo pélvico está tonificado, cada mujer debe establecer una pauta de mantenimiento de dos o tres veces por semana. Aprende aquí a hacer los ejercicios de Kegel.
¿Cuáles son sus beneficios?
Cuando hablamos de los ejercicios de Kegel parece que estemos hablando de algún tipo de rehabilitación para nuestra vagina, especialmente en el contexto del parto, ya que estos movimientos pueden ayudar a fortalecer esa zona muscular y ayudan en el proceso de recuperación posparto.
Sin embargo, trabajar los músculos del suelo pélvico también puede ayudarnos a prevenir los síntomas de la incontinencia urinaria y, ¡sí, también puede hacer que tus orgasmos sean más intensos! ¿Cómo? Pues porque al fin y al cabo, un orgasmo no deja de ser una contracción rítmica del suelo pélvico. Por ello, si aprendes a controlar estos movimientos, podrás llegar al sentir el placer de tus orgasmos con mayor intensidad.
A medida que pasan los años, la piel del suelo pélvico se va descolgando y pierde su tono, sobretodo después de la menopausia. Por ello, esta zona va perdiendo sensibilidad y puede que tus orgasmos se vuelvan algo menos intensos. No obstante, si aprendes a realizar correctamente los ejercicios kegel y los practicas con regularidad, podrás fortalecer de nuevo los músculos de esa zona, lo que contribuirá a recuperar la sensibilidad perdida.