A lo largo de la historia, el ciclo menstrual y la salud hormonal femenina han sido dos temas tabúes e incluso presentaban connotaciones negativas, considerándose algo sucio e impuro en diferentes culturas.
Actualmente, y en particular en las sociedades occidentales, esta tendencia ha cambiado de forma general, aumentando cada vez más el acceso a la información sobre la salud hormonal y su estudio. Sin embargo, muchas mujeres no tienen los conocimientos suficientes sobre el funcionamiento de su ciclo menstrual, así como sobre las principales patologías relacionadas con este.
Para hacernos una breve idea, basta con fijarnos en que en muchos casos las consultas sobre los problemas relacionados con la salud hormonal o el embarazo se realizan a través de foros de Internet, cuyas respuestas son a menudo sesgadas y donde predominan los mitos y la desinformación. Pero este desconocimiento no solo se traduce en anécdotas a través de las redes, si no que la endometriosis, una de las situaciones patológicas más habituales, tarda una media de siete años en diagnosticarse desde la primera consulta. Otras muchas mujeres nunca llegan a presentar un diagnóstico, porque ¿a quién no le han dicho que el dolor menstrual es algo normal?
La endometriosis tarda de media siete años en ser diagnosticada
Cuando el dolor menstrual no es normal
Sí, en muchos casos el dolor menstrual cesa con el consumo de fármacos con acción antiinflamatoria, pero el dolor intenso, incapacitante y crónico debe de ser evaluado por un profesional adecuado para así dar lugar al tratamiento oportuno y no normalizarse el dolor de forma general sin un estudio previo que descarte diferentes posibilidades, como la endometriosis.
Como resumen se puede decir que esta patología se caracteriza por la aparición de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina, afectando al 10-15% de las mujeres en edad fértil, alcanzando cifras del 40% en mujeres que presentan infertilidad.
Seguro que alguna vez has escuchado también que la única solución actual son los anticonceptivos hormonales, generalmente la conocida como “píldora” y aunque en muchos casos puede ser útil, cada vez se estudian más otras opciones terapéuticas o factores influyentes en la etiología y desarrollo de la enfermedad. El estilo de vida y la alimentación se están haciendo un hueco considerable en numerosas publicaciones científicas publicadas recientemente.
Alimentación y endometriosis: taller en Dime Bienestar
La implementación de una dieta basada en alimentos que disminuyan la inflamación y el estrés oxidativo, parece influir de forma positiva frente a esta enfermedad, así como evitar alimentos proinflamatorios.
¿Crees que la grasa produce algún beneficio en el tratamiento de la endometriosis? Pues lo cierto es que sí, pero depende del tipo. Los alimentos ricos en grasas poliinsaturadas omega-3 (pescados azules, semillas o nueces) tendrán un efecto beneficioso, mientras que el consumo habitual de grasas trans u omega-6 (aceites vegetales, margarinas o ultraprocesados) producirán un aumento de la sintomatología asociada.
Otros nutrientes y alimentos también presentan un papel clave, como es el caso de los lácteos, la vitamina D y el calcio
Con la finalidad de dotar a las mujeres de autoconocimiento sobre su ciclo menstrual y como ejercicio de empoderamiento femenino, hemos realizado una formación sobre “Salud hormonal, endometriosis y nutrición”, con una duración aproximada de una hora, desde la plataforma online Dime Bienestar. En esta, aprenderás a conocer las diferentes partes de la anatomía humana femenina, qué es el ciclo menstrual, qué fases lo componen, qué hormonas están implicadas en este y qué funciones tienen, qué es la endometriosis, cuál es su sintomatología y cuál es el papel que ejerce una correcta alimentación en esta y cuáles deben ser sus componentes principales para prevenirla y, sobre todo, para ayudar en el tratamiento de la misma.
