Uno de los periodos de transición más importantes en la vida de la mujer es, sin duda, la menopausia. Este proceso progresivo, en el que el cuerpo empieza a adaptarse a una nueva etapa en la que dejará de fabricar óvulos y, por tanto, de ser fértil, viene marcado por importantes cambios hormonales con un gran impacto en la salud de la mujer.
La disminución de estrógenos provoca síntomas molestos como sofocos, sobrepeso, osteoporosis o insomnio
Con la caída de la producción de estrógenos, el cuerpo empieza a experimentar síntomas más o menos leves o fuertes como los sofocos, el sobrepeso, la disminución del deseo sexual, la pérdida de visión, los cambios de humor o un estado anímico bajo, la osteoporosis, los problemas de memoria, el insomnio, la sequedad de la piel, el aumento del colesterol u otros problemas metabólicos.
Estas alteraciones provocan a menudo que la mujer se sienta desubicada y que no se reconozca en su nuevo cuerpo, o bien que lo rechace y se sienta poco a gusto consigo misma y con su nueva figura y composición corporal. Aunque se trata de un proceso totalmente natural que suele producirse alrededor de los 45-55 años, podemos hacer mucho para vivirlo con la máxima plenitud minimizando los síntomas más molestos que nos restan calidad de vida.
¿Es la terapia hormonal sustitutiva la única solución posible?
Desde la medicina alopática se suele ofrecer la Terapia Hormonal Sustitutiva (THS) para combatir los molestos síntomas de las mujeres menopáusicas a través de suplementos a base de estrógenos, que pueden incluir también progesterona. Sin embargo, existe cierta controversia al respecto ya que todavía no hay evidencia de la seguridad a largo plazo de estas fórmulas, por lo que es preferible explorar otros métodos naturales y sin efectos secundarios.
En ese sentido, es importante adaptar nuestras rutinas a nuestras nuevas necesidades colaborando con el proceso de transformación que está experimentando nuestro organismo:
- Alimentación: es lo primero que debemos tener en cuenta. Como recomendación general, nos ayudarán los alimentos y preparaciones muy remineralizantes y que nos ayuden a absorber bien el calcio, así como el resto de nutrientes de nuestra dieta. Prioriza los caldos de huesos y espinas, los cereales en grano integrales y preferentemente ecológicos, las legumbres, la col, el sésamo negro y las semillas de girasol y calabaza, las algas, las verduras de hoja verde, los germinados o los fermentados. En cambio, debemos evitar o disminuir alimentos excitantes como el café o el té, el chocolate de menos del 70% de cacao, la carne, el alcohol, el azúcar y las harinas refinadas, así como la sal que no sea marina. Una infusión de salvia antes de irnos a dormir también nos ayudará a disminuir las sudoraciones nocturnas.
- Tomar el sol cada día veinte minutos para sintetizar la vitamina D.
- Hacer ejercicio de fuerza para evitar la osteoporosis, trabajar la masa muscular y aumentar la testosterona, y mantener un estilo de vida activo. Camina, sube y baja siempre por las escaleras, haz trayectos con subidas y bajadas, etc.
- Mantener el ejercicio mental y sexual
- Utilizar suplementos naturales como refuerzo para optimizar nuestros niveles hormonales
El mercado de la suplementación es enorme y existen formulaciones de todo tipo y calidad enfocadas a mejorar globalmente los síntomas de la menopausia o bien a incidir más concretamente en alguno de ellos. Aunque lo mejor es que te dejes guiar por la recomendación de tu terapeuta, estos son los cinco suplementos naturales que, desde Objetivo Bienestar, consideramos más apropiados para mujeres menopáusicas y perimenopáusicas: