Los primeros meses y años de vida de los bebés pueden ser los más preocupantes para los padres. Durante el crecimiento de los pequeños, los adultos intentan buscar todo tipo de soluciones para aquellos momentos más complicados, como la aparición de los primeros dientes o los típicos cólicos.
Uno de esos remedios, que se usa sobre todo en países de Sudamérica y en menor medida en España, son los collares de ámbar para bebés. Como ocurre con todas las piedras y cristales, se le atribuyen ciertas propiedades y beneficios, pero ¿es seguro ponérselas a los niños?
Beneficios de los collares de ámbar en los bebés
La tradición -que volvió a ponerse de moda hace unos años- dice que los collares de ámbar son grandes aliados para calmar el dolor de encías cuando empiezan a salir los dientes de los bebés. Eso sí, parece que no serviría cualquiera, sino los collares de ámbar báltico.
Lo que se cree es que cuando las bolitas de ámbar se calientan por la temperatura corporal, este suelta una sustancia (ácido succínico) que alivia el dolor y que se absorbe a través de la piel al flujo sanguíneo. Algunos de sus impulsores incluso afirman que estimulan a la glándula tiroides y mejora el sistema inmunitario.

Sin embargo, no hay ninguna evidencia científica que respalde esta idea. Es más, para que se libere esa sustancia, el ámbar debería alcanzar los 200ºC, por lo que es imposible conseguirlo con la temperatura corporal.
Peligros de ponerle un collar de ámbar a un bebé
Aunque no hay evidencias de sus supuestos beneficios, sí hay muchas pruebas de lo peligrosos que pueden ser para la salud infantil. En 2018, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) publicó una advertencia oficial después de recibir varias denuncias de atragantamientos en niños por las piedras de estos collares. De hecho, incluso un bebé de 18 meses llegó a fallecer estrangulado con un collar de ámbar durante una siesta.
Por tanto, los collares de ámbar suponen un doble peligro para los bebés: el estrangulamiento con el propio collar y la asfixia o atragantamiento con las piedras en caso de rotura. En general, cualquier tipo de joyería puede causar estos peligros en un niño, por lo que su uso es desaconsejable.

Y, en caso de que como padre o madre decidas ponerle a tu bebé uno de estos collares de ámbar, asegúrate de que el niño esté siempre bajo supervisión para que no se trague ninguna pieza y quítaselo cuando lo eches a dormir.
En definitiva, está más que demostrado que los riesgos y peligros de los collares de ámbar para bebés son mucho mayores que los supuestos beneficios. Si como padre quieres buscar otros tipos de medicina alternativa para tu bebé, siempre puedes probar con la osteopatía. Esta terapia complementaria y basada en la medicina mejora disfunciones típicas como los cólicos, los llantos o la irritabilidad.