¿Es posible no enfermar? Según los expertos el truco está en adoptar ciertas medidas para ponérselo más difícil a los virus pero asegurar que, es en la mayoría de casos, no sucumbir a ellos es imposible. De hecho, las gripes y los catarros son la primera causa por la que los trabajadores españoles faltamos al trabajo. Casi todos acabamos cayendo pero hay personas más resistentes que pasan el invierno fuertes como un roble, sin mocos ni tos. ¿Cómo lo hacen? ¿Comen mejor? ¿Sus defensas son mejores?
Una genética privilegiada
El peso de la genética es indudable en nuestra salud y varía según cada persona y por eso lo que caracteriza a las personas que no enferman casi nunca es un sistema inmune envidiable que las defiende de microorganismos como bacterias y virus. “Imaginemos dos personas que, ante el mismo virus del resfriado, desarrollen mecanismos inmunes –de defensa– totalmente diferentes. Una habrá conseguido que el virus pase prácticamente de largo mientras que la otra desarrollará los molestos síntomas del catarro”, explica Manuel Linares, coordinador del grupo de trabajo de Enfermedades Infecciosas, Medicina Tropical y del Viajero de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). También relacionado con la genética tienen que ver los conocidos como “genes de hiero”, que son algo muy poco común. Estos pocos afortunados “Tienen genes muy penetrantes y muy poco frecuentes que les protegen por encima de efectos ambientales y del azar. Es decir, presentan algunas mutaciones de algunos genes que logran un efecto protector por sí mismas”, declara Susana Balcells, profesora de Genética de la Universidad de Barcelona y CIBERER. Un ejemplo son los ancianos centenarios.
Podemos poner obstáculos al resfriado
Si bien el factor genético es inamovible, nosotros podemos tomar las riendas de nuestra vida y adoptar hábitos más saludables para intentar esquivar las enfermedades más comunes, o al menos, ponérselo más difícil al virus. Una dieta equilibrada y el deporte serán positivos para nuestro ADN. “Una persona sana tiene que tomar muchas verduras, mucha fruta y menos proteína animal, pero también tiene que ingerirla”, subraya Marfany. “Nuestra genética es omnívora”, recuerda. Del mismo modo, los genes del ser humano están adaptados al movimiento, no al sedentarismo. El organismo de una persona con una mala dieta y que no haga ejercicio funcionará peor, será más débil y sufrirá más enfermedades. El paso de los años también juega en contra, a lo que se suman otros malos hábitos como la bebida o el tabaco. Ligado a todo esto se encuentran los hábitos alimentarios. Si bien no existen comidas que como tal, eviten que enfermemos, sí hay algunas que producen el efecto contrario: dañan nuestra salud. “Hay alimentos como las carnes procesadas y las rojas que, si se consumen en grandes cantidades, pueden ser promotoras de procesos cancerosos”, advierte Villarino. En resumen, lo fundamental, según los expertos, es seguir una dieta mediterránea y desterrar de nuestras despensas cualquier tipo de bollería industrial y el pan blanco y comer más frutas verduras, cereales y pescados para nutrir nuestro organismo vitaminas B9 y B12.
La importancia de la salud mental
La salud mental también influye a la hora de ponernos enfermas. En el libro Los secretos de las personas que nunca enferman (2012), Gene Stone pone ejemplos de personas que, con una actitud positiva, aseguran evitar enfermedades menores como resfriados, aunque eso no les hace descuidar las revisiones periódicas con sus médicos. “Problemas como la depresión o la ansiedad pueden precipitar, agravar o complicar el curso de enfermedades como el cáncer, el infarto de miocardio o enfermedades reumáticas, entre otras”, sostiene Antonio Lobo, catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Zaragoza y jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Pero hay buenas noticias respecto a este tema: como ocurre con la salud física, también podemos poner de nuestra parte para tener una buena salud mental. “Es lo primero que decimos a nuestros estudiantes de Medicina al hablar de las causas de problemas psíquicos: salud, dinero y amor”, cuenta el psiquiatra. Cuando todos estos aspectos están en harmonía es mucho más fácil esquivar al virus y pasar un invierno más plácido.