¿Por qué a veces tenemos esa desagradable sensación de hinchazón abdominal, sobre todo justo después de comer? Pues porque existen alimentos que, aunque no son perjudiciales para nuestra salud, son difíciles de digerir y dan un trabajo extra a nuestro estómago.
La inflamación abdominal es muy común, y puede ser realmente incómodo y dificultar nuestra vida diaria. Hay personas que incluso llegan a describirlo como “si estuvieran embarazadas de tres meses”. A todos nos sucede que unas comidas nos sientan peor que otras, que digerimos mejor o peor ciertos alimentos, y que algunos nos provocan acidez, gases, indigestión, etc. Sin embargo, como decíamos, estos alimentos no tienen por qué ser perjudiciales para nuestra salud. Mientras que algunos alimentos poco sanos, como aquellos ricos en sal, azúcares y grasas saturadas propician especialmente la retención de líquidos, algunos otros son tan saludables y ligeros como las manzanas o algunas legumbres.
Si tú también sufres de hinchazón abdominal, estas pautas te pueden ayudar:
Cocínalas con estpecias
Todas las legumbres producen gases. Si las cocinas con hinojo, menta, hierbabuena, comino, orégano o anís estrellado reducirás la formación de flatulencias. Disminuye su consumo.
¿Te hincha la leche?
Si notas que los lácteos te provocan hinchazón abdominal, disminuye su consumo. Recuerda que los yogures con bífidus ayudan a regenerar la flora saludable y a mejorar el tránsito intestinal.
Mejor los refinados
Para los intestinos sensibles son mejores los cereales refinados. Aunque los integrales son nutricionalmente más interesantes, pueden producir más gases que los otros.
Las más grasas, peor
Las carnes en general no producen gases, pero no debe abusarse de ellas. Si son rojas, una vez por semana. Recuerda que una dieta predominantemente vegetariana es más saludable.
Cuidado con algunas frutas
Las frutas mejor si están maduras y si tienes muchos gases, mejor peladas. Evita albaricoques, cerezas, fresas y melocotones. Naranjas y sandías son más seguras, te sentarán mejor.
Alteran la flora
Tanto los edulcorantes naturales (el azúcar blanco, el moreno, la miel o el jarabe de ágave) como los artificiales (el aspartamo o la sacarina) no son recomendables porque alteran la flora intestinal.