En un mundo ideal, nuestra dieta debería ser lo suficientemente rica y equilibrada como para proporcionarnos todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Pero la realidad suele ser otra: la forma cómo nos nutrimos no depende únicamente de aquello que comemos sino también de cómo lo hacemos, de cómo lo absorbemos y de cómo lo metabolizamos.
Además de que existen otros factores, a priori menos directos, que también influyen en este proceso sin que nos demos cuenta. Estamos hablando de hábitos de vida como la exposición que tengamos a determinados tóxicos ambientales, la gestión del estrés, la calidad de nuestro sueño, la actividad física que llevemos a cabo o el contacto más o menos regular con la naturaleza.
Comer saludable no significa que no puedas padecer un déficit nutricional
Es por que ello que, aunque nos alimentemos de manera muy saludable, es posible que padezcamos algún déficit nutricional que no podamos solventar únicamente a través de la dieta. En este caso, es recomendable acudir a alguna ayuda extra en forma de nutracéutico, de complemento o de suplemento alimenticio de calidad que nos asegure el aporte óptimo de aquello que nos falta, cuya carencia puede manifestarse a través de distintos síntomas.
A pesar de todo, en el mercado existen una infinidad de productos que nos prometen grandes beneficios pero que no siempre nos resultarán indicados para nuestro caso concreto o que no cuentan con suficientes garantías. Por eso, antes de lanzarte a tomar el primero que encuentres, es importante que dejes en manos de tu proveedor sanitario de confianza la elección del mejor producto para ti en este momento concreto de tu vida.
Estos son algunos de los mejores que puedes considerar tomar esta primavera: