El ritmo frenético en el que vivimos instalados, lleno de reuniones, ocio que parece una obligación, acumulación de series nuevas por ver o prisa por llegar al supermercado para tener todos los ingredientes del meal-prep de la semana, contribuyen a que muchas personas acaben padeciendo todo tipo de trastornos del sueño. Estudios recientes indican que un 32% de la población se levanta por la mañana cansada y sin energía. Concretamente, un 5,4% padece insomnio, uno de los trastornos más frecuentes. Se habla de insomnio cuando tardamos más de 30 minutos para empezar a dormir, nos despertamos por la noche repetidamente o estos desvelos duran más de media hora. También cuando dormimos menos de 6 horas y media diarias.
No descansar por las noches puede acarrear todo tipo de consecuencias negativas para nuestro cuerpo y nuestra calidad de vida. Se asocia con irritabilidad, cambios en el estado de ánimo o un bajón en el rendimiento. Padecer insomnio nos puede llevar incluso a la depresión o la ansiedad. Para intentar combatir el insomnio y asumir un descanso pleno existen una serie de consejos habituales como, por ejemplo, hacer ejercicio a diario para cansarnos o eliminar el consumo de bebidas con cafeína. En la sociedad actual, además, el foco se pone en reducir el uso de los aparatos electrónicos ya que estos activan la atención mientras que la luz de sus pantallas funcionan como estimulantes.
Más allá de estos consejos y otros como, por ejemplo, establecer una rutina y unos horarios para ir a dormir, existen algunas técnicas de reciente aparición basadas en el trabajo mental y en la relajación a través de la respiración.
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