Los viajes en avión están a la orden del día, ya que cada vez desarrollamos más pasión por viajar y, sobre todo, por hacer viajes más largos. Sin embargo, como te podrás imaginar, estar durante horas a miles y miles de metros de altura no es precisamente beneficioso para el cuerpo.
En los últimos años mucha gente se ha concienciado de la deshidrtación que sufre el cuerpo cuando viaja en avión, pero en muchos de estos casos, simplemente lo interiorizan, sin saber el proceso por el que se llega a ese punto.
¿Por qué te deshidratas en el avión?
La respuesta es múltiple, ya que hay varias causas que, combinadas, hacen que el cuerpo se deshidrate con mucha más facilidad que en tierra firme:
- Rompes tus rutinas: Esto puede no parecer muy llamativo, pero al no hacer lo que solemos hacer todos los días, puede que se nos olvide beber tanta agua como de costumbre.
- La baja humedad en el avión: Los aviones reciclan el aire del exterior para proporcionar aire limpio dentro de la cabina. El aire, a esas alturas, tiene un nivel de humedad del 10-20% (incluso menor tras dos horas de vuelo) en comparación con el 30-60% al que estamos acostumbrados.
- Aire acondicionado: Si al punto anterior le sumamos los cambios bruscos de temperatura que suele haber en los aviones por el fuerte aire acondicionado, el resultado es un cóctel que agrava mucho más la deshidratación.
- Cambios de presión: Cuanto más alto estés, menor presión atmosférica hay y, por tanto, menos oxígeno. Y aunque las cabinas están presurizadas, los niveles de oxígeno no son los mismos que en tierra.
- El estrés: Sabemos que el estrés nunca es bueno, y en momentos como viajes largos suele aparecer, lo que hace que todo tu cuerpo se ponga en alerta.

Síntomas de la deshidratación
Ahora bien, si ya conoces la teoría de por qué se produce, ¿cómo puedes saber que te estás deshidratando en pleno vuelo?
- Dolor de cabeza
- Sed extrema
- Boca seca o tos seca
- Micción menos frecuente
- Orina de color oscuro
- Fatiga
- Mareo
- Confusión
Además, si viajas con niños es muy importante que también vigiles los síntomas que ellos puedan tener para asegurarte de que están bien hidratados:
- Labios y lengua secos
- Sin lágrimas al llorar
- Menos de seis pañales mojados por día para bebés
- No mojar pañales ni orinar durante ocho horas para niños pequeños
- Ojos hundidos
- Punto blando hundido en la parte superior del cráneo
- Apatía o irritabilidad

Cómo prevenir la deshidratación al viajar en avión
Ahora que ya sabes los síntomas que puede producir la deshidratación, querrás saber cómo evitarla. Evidentemente, lo principal es mantenerse hidratado bebiendo una buena cantidad de agua antes, durante y después del vuelo. Evita las bebidas azucaradas, con gas y excitantes como el café. Además, puedes ayudarte de frutas hidratantes como sandía, fresas o melocotón.
También es recomendable, además de mantener la hidratación a través del agua y la alimentación, hacerlo a través de la piel. Lo más recomendable es viajar sin maquillaje, con una buena rutina de cuidado facial hecha. Además, en vuelos largos, conviene llevar un kit con tu crema o sérum hidratante habitual, tu contorno de ojos y un bálsamo de labios para reaplicar la hidratación alguna vez durante el viaje.
También es muy recomendable llevar una bruma facial o agua termal, ya que estos formatos en spray suelen tener efecto hidratante y calmante y son ideales para vaporizar cada vez que notes que la piel lo necesita.
Con esto ya tienes las claves para evitar la deshidratación en los viajes en avión, aunque puede que seas más radical y, para no correr riesgos, quieras pasarte al Flygskam, el movimiento de los que rechazan viajar en avión debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero que causa el transporte aéreo.