1. Buenos modales: Imprescindibles. Son el lubricante de las relaciones sociales. "Por favor" y "gracias" son las dos expresiones mágicas.
2. Cordialidad: Y simpatía. Saludar a todo el mundo por sistema. Mantener una actitud positiva, estar abierta a nuevas relaciones, transmitir alegría, interesarse por los demás...
3. Preguntas acertadas: Las preguntas que hacemos revelan cómo somos. Fíjate en que las preguntas que hace un superior a un subordinado son reflejo de cómo el jefe valora a este empleado, del grado de confianza que le tiene.
4. Elogios: Los justos. Y adecuados. En la empresa, elogiar el trabajo, el esfuerzo, las buenas prácticas es una forma de motivar a las personas y a los equipos.
5. Aceptación de críticas: Ante una crítica la reacción emocional no nos deja ver el regalo que representa. Nos ponemos rápidamente a la defensiva y solemos justificarnos. Hay que tratarlas de una forma más inteligente.