¿Es bueno dejar salir al Grinch que llevamos dentro o deberíamos relajarnos un poco? A veces el nivel de estrés es muy elevado en estas fechas y estas son las señales que te ayudarán a reconocer el momento en el que necesitas parar un poco.
-"¡Ay no! Otra fiesta...: Cuando las fiestas y reuniones familiares nos resultan más una carga que una diversión es que la cosa no va por buen camino.
- "Tengo que preparar el menú con un poco de todo para que todo el mundo esté contento". Tu casa en fiestas no es un restaurante donde cada uno pueda pedir lo que se le antoje. Carne, pescado, caldo, marisco... No te vuelvas loca cocinando y fija un menú para toda la familia.
- La lista de tareas no para de crecer: Aquí el truco es delegar porque no puedes encargarte de todo. Si te toca a ti hacer la cena, que tus cuñadas se encarguen de la compra, que tu marido compre los regalos, etc. Si pretendes hacerlo todo, te frustrarás al no poder abarcar tanto trabajo.
- Odias los villancicos: Completamente normal. Aguantar en cada comercio al que entras un hilo musical plagado de coros y voces chillones que no varían la melodía es completamente comprensible. Intenta ignorarlos y no los pongas en casa para evitar saturarte.
- Te olvidas de las cosas que tienes que hacer: También es algo completamente normal si pretendes hacerlo tú todo. Como hemos dicho antes, haz una lista con las tareas que hay que llevar a cabo y repártelas.
- Rezas para que llegue enero: Enero significa una vuelta a la normalidad que todo el mundo desea así que no te sientas culpable por querer recuperar tus rutinas habituales.
6 indicativos de que la Navidad te estresa (y consejos para que no lo haga)
Se supone que es uno de los momentos más emotivos del año. Nos juntamos con la familia, vivimos la ilusión de los niños... pero también te encuentras peleando en la pescadería por el último kilo de gambas, te pasas el día en la cocina preparando la cena de las noches especiales y te pierdes en el centro comercial en busca de regalos.
