2. Distancias personales. Piensa dónde estarás situada y por qué. Las mesas son barreras y a veces son necesarias y otras solo dificultan la relación. Si os sentáis alrededor de una mesa es importante ver si ocupas un lugar de poder o al mismo nivel de los demás.
3. Tiempo. Elegir el momento adecuado es parte del éxito. No reaccionamos igual cuando estamos cansados al final de la jornada que cuando empezamos por la mañana o tenemos hambre a las dos de la tarde. Además, tenemos que observar a nuestro interlocutor para saber cuando estará más receptivo a lo que queramos decirle.
4. Aspecto. Vestirse para transmitir la imagen adecuada en cada momento. La indumentaria es cómplice de tu actitud y a través de ella estás enviando mensajes. Si no hay coherencia, la credibilidad cuesta más. Piensa si quieres una apariencia accesible o distante, formal o informal.
5. Lenguaje corporal. Aunque es seguramente una de las partes de la comunicación más inconsciente, podemos utilizarlo de forma planificada para conseguir el efecto deseado. Podemos incluso ensayarlo para que sea más natural. Piensa si estarás de pie o sentada, cómo será tu actitud, cómo utilizarás la mirada, la sonrisa y las manos al gesticular.
6. Tacto. Aunque en el ámbito laboral damos poca importancia al contacto físico, lo cierto es que es otro ingrediente a tener en cuenta pues es un generador de confianza o una causa de rechazo instantáneo. Por ello es clave conocer los hábitos de nuestros compañeros o jefes a la hora de saludar, o relacionarse en el día a día. Hay mujeres que no soportan que las besen a saludarlas y otras son tremendamente afectuosas. Muchos hombres se sienten incómodos si una mujer se les acerca demasiado en el trabajo por lo que mantienen siempre las distancias y solo saludan con un apretón de manos. En el trato diario entre compañeros tenemos que ser muy prudentes y no invadir los espacios personales. Acercarte demasiado a una persona o tocarle al hablar puede provocar una actitud defensiva hasta el punto de que evite encontrarse contigo. Trabajar en un mismo espacio o proyecto podría resultar complicado.
7. Olor. Lo olvidamos a veces pero somos animales mamíferos y los olores influyen en nuestro comportamiento. Tanto si son naturales como artificiales. Mal olor corporal o exceso de perfume son garantía de falta de conexión. Así de claro. La víctima de estos fuertes olores se sentirá emocionalmente muy distante porque estar a tu vera le resultará desagradable. Y el olor queda.
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