Pasear por las calles de la ciudad
En pocas épocas del año las ciudades ponen tanto empeño en engalanarse. Luces navideñas en las calles, decoraciones luminosas en los escaparates, belenes en ayuntamientos, gigantes árboles de Navidad? y si los dioses del tiempo lo permiten, nieve cubriendo los tejados. Date una vuelta sin prisas y acércate a algún mercadillo navideño. Es algo que no podrás volver a hacer el resto del año.
Tomarse un chocolate caliente
¿Qué mejor plan para estos días de frío que entrar en una cafetería y tomarse una buena taza de chocolate humeante o té con pasas mientras suena de fondo una bonita canción navideña? Prueba a experimentar esta sensación en solitario, o compártela con una buena amiga con la que no hayas hablado en mucho tiempo.
Volverse un poco niños
Nos guste o no, estas fechas tienen magia. Aunque no seamos creyentes, el espíritu navideño acaba contagiándonos y seguro que nos habremos sorprendido en algún momento deseando o soñando como si fuéramos niños. Déjate llevar y vuélvete un poco niña.
Ver la cara de los pequeños
Son el puro reflejo de la felicidad absoluta. Para ellos, estas fechas son las más importantes del año. Fiestas de Navidad en el colegio, villancicos, vacaciones, juguetes, visitas a familiares y amigos y, como no, el deseo de ver en el cielo el trineo de Papá Noel tirado por sus renos o a los Reyes Magos dejando los regalos junto al árbol. Párate a contemplar la cara de tus hijos, sobrinos o acércate hasta un gran establecimiento donde estén entregando las cartas a los pajes reales.
Cantar en un karaoke
Parece que la Navidad nos quita las vergüenzas y nos anima a sacar todo el potencial artístico que guardamos el resto del año. En estas fechas, no es raro encontrarse a un grupo de compañeros de trabajo o amigos cantando sus canciones de la juventud en un karaoke o frente al televisor. Proponlo y saca toda el arte que llevas dentro.
Conducir por las carreteras vacías
Hay un día perfecto para disfrutar de una conducción tranquila: el 1 de enero. Durante las primeras horas, la mayoría de los mortales duermen. Las carreteras suelen estar vacías y si te gusta conducir (después de haber dormido, por supuesto) aprovecha para hacerlo. ¡Es un verdadero placer!
Disfrutar de una chimenea
Si se tiene la suerte de pasar unos días en la montaña, es muy probable que en algún momento se disfrute de una buena chimenea. Sentarse en silencio a escuchar el chisporroteo del fuego y los troncos ardiendo mientras la mente se queda en blanco es uno de los mayores placeres de estas fechas.
Volver a casa por Navidad
¿Y qué sería de la Navidad sin el calor de la familia? Tal como cantaba el anuncio, en estos días volver a la casa familiar es un verdadero placer. Dales una sorpresa y llega un día antes, mima y déjate mimar por tu familia. Es una de las experiencias más gratificantes.
8 placeres navideños
¿Cuántas navidades te has propuesto disfrutarlas al máximo y no lo has conseguido? A veces puede deberse a una falta de planificación. Te contamos 8 cosas que debes hacer para exprimir al máximo todo el encanto y la magia de estas fechas.
