“E quando arrivo a casa… cappuccino!”. Ya lo decía el mítico anuncio de Nescafé hace unas décadas, aunque ahora podríamos actualizarlo con otras muchas bebidas alternativas al café y sin cafeína... El caso es que, efectivamente, las últimas horas del día deberían ser siempre para uno mismo y para la relajación, dejando atrás cualquier tipo de estresor tanto externo como interno, con el fin de prepararnos para un buen descanso nocturno.
Y es que después de una larga jornada laboral o de un día entero fuera de casa, lo que más apetece al llegar al hogar es sacarse los zapatos y cualquier otra prenda de ropa que apriete o sea ceñida e incómoda, ponerse un chándal o alguna prenda holgada, desmaquillarse (si es el caso) y deshacerse de cualquier otra cosa que sea molesta o poco cómoda (pulseras, pendientes o peinados ‘ceñidos’, por ejemplo, o todo aquello que sea prescindible y que no necesites para estar en casa).
No se trata únicamente de una cuestión física que vinculemos con la comodidad: cambiarnos de ropa es una forma fácil de recordarle a nuestro cerebro que ahora toca hacer un cambio de chip y ponerse en modo relajación, de la misma forma que hacemos el fin de semana cuando cambiamos los zapatos por las zapatillas.
Con prendas amplias, ligeras y cómodas, favoreceremos una buena circulación sanguínea
No importa si la ropa de estar por casa es vieja, desteñida o tiene algunos desperfectos, lo importante y fundamental es que sean prendas amplias, ligeras y cómodas y que no aprieten por ningún sitio. De esta manera, la circulación sanguínea será óptima y así se evitará la aparición de posibles varices y otras dolencias relacionadas con la mala circulación.
Asimismo, también es aconsejable poner los pies en alto para aliviar las piernas cansadas, especialmente si hemos pasado muchas horas sentados o de pie o bien en la misma posición, o si hemos llevado ropa apretada durante la jornada.

Otros consejos para una rutina relajante
Además del cambio de ropa, otras buenas ideas para hacer cuando llegas a casa y relajarte y desconectar son:
- Intenta ir descalzo siempre que puedas, especialmente si tienes jardín. El contacto con la hierba te ayudará a relajarte y a conectar con la naturaleza. Es lo que los ingleses llaman earthing.
- Quítate la ropa interior: tanto la de arriba como la de abajo (mejorarás el pH vaginal)
- Pon música relajante
- Tómate una infusión sin teína que no te excite
- Cuida de tus plantas o de tu huerto
- Desconecta el móvil o ponlo en modo avión
- Lee de forma consciente y sin interrupciones
- Practica yoga o ejercicios de estiramientos, movilidad o relajación
- Medita o practica ejercicios de respiración consciente
- Si tienes terraza o jardín, disfruta del aire libre
- Juega con tus hijos o con tu mascota
- Utiliza las luces de ambiente en vez de las principales, preferiblemente todas aquellas que sean anaranjadas y tenues y evita siempre las azules y blancas
- Enciende una o varias velas o bien una barra de incienso relajante
- Date una ducha relajante (de vez en cuando, puedes tomarte un baño)
Y, antes de irte a dormir…
Es recomendable utilizar un chándal o cualquier otro tipo de ropa cómoda que solo utilices en casa y, antes de irse a dormir, ponerse el pijama. De esta manera evitarás que el pijama se manche y tome olores indeseados, además de que esta pieza forme parte de una correcta y saludable higiene del sueño. ¡Y a descansar!