El moho es un tipo de microorganismo que crece por esporas suspendidas en el aire y que encuentra en la humedad su lugar ideal para propagarse. No es necesario que haya agua para que crezca. Una humedad del 80 % es suficiente para ello.
Se forma en las casas por la porosidad de las paredes y pequeñas grietas o fisuras. La mala ventilación también puede favorecer su aparición.
En general, no causa daños en la salud ya que el sistema inmunitario puede combatir estos gérmenes. Pero sí podría ser peligroso para bebés, ancianos o personas con el sistema inmunológico deprimido. Por ello, es fundamental identificarlo y eliminarlo.
La ventilación que permite secar el ambiente es el mejor modo de combatir el moho. Si ya ha aparecido, tendrás que controlar su propagación. Para ello, protégete bien y utiliza una dilución de lejía con agua. Tras limpiarlo, debes secarlo y ventilar.
Los lugares más comunes son los techos, suelos y paredes de sótanos, baños y cocinas. Pero puedes encontrarlo en lugares sorprendentes:
1. En la ropa si se encuentra en un lugar húmedo y mal ventilado
2. Detrás de las paredes o papel pintado
3. En los marcos de ventana por la condensación
4. En algunos muebles si hay humedad en la casa
5. En los tapizados de los sofás porque absorben muy bien la humedad
6. En los conductos de aire
7. En los aislamientos
¡Alerta! 7 sitios sorprendentes de tu casa donde crece el moho
Si detectas un olor a rancio en tu casa o ves manchas en paredes o suelos, puede tratarse de moho, un microorganismo que puedes eliminar con agua y lejía.
