Si ya de por sí la Navidad y las rebajas que la siguen son una época de comprar y regalar sin parar, la crisis sanitaria que estamos viviendo y las épocas de confinamiento derivadas de ella han provocado un aumento de las compras compulsivas, sobre todo debido a la ansiedad y al estrés que muchas personas han sufrido durante los meses de pandemia.
En palabras de María Consuelo Vilasánchez Muñoz, psicóloga de Doctoralia, “la compra hace que las personas olviden durante un rato lo que está ocurriendo en la actualidad y ayuda, en cierto modo, a desconectar. De esta manera, se aprende que comprar es una de las cosas que permite tener emociones positivas, así que se repetirá esta conducta como fuente de disminución del estrés o ansiedad, llevando al consiguiente riesgo de convertirnos en compradores compulsivos”.
Impulsos irresistibles
Según dichos expertos, el problema es que muchas personas no pueden resistirse al impulso de llevar a cabo determinadas acciones, en este caso compras compulsivas, aunque este impulso pueda resultar perjudicial.
Además, puede suceder que antes de realizar estas acciones la persona se active mentalmente y se sienta bien, pero más tarde llegue a culpabilizarse por haber actuado de esa manera. Y es que es importante analizar las emociones propias, pero también descubrir nuestras relaciones con el entorno: “si bien el trabajo con las emociones es imprescindible, y es bueno que cada uno analice sus propias emociones, también es necesario un análisis de la persona con el entorno”, indica la psicóloga.
En muchas ocasiones, hay que enseñar a la persona a solucionar los problemas y, sobre todo, proveer de herramientas para desarrollar las conductas más adaptativas
Entonces, ¿cómo podemos controlar nuestras compras navideñas?
El objetivo es que el comprador compulsivo reduzca esta conducta, pero esta se trata de una adicción que no puede suprimirse del todo, ya que es necesario realizar algunas compras, especialmente en fechas navideñas y tras largos meses de restricciones y confinamiento.
Aun así, es posible tener el control sobre nuestro consumo y evitar que el trastorno de comprador compulsivo se intensifique durante estas fechas. Estos tres consejos de la mano de María Consuelo Vilasánchez pueden ayudar a paliar el efecto que puede tener esta navidad en los compradores compulsivos:
- No llevar mucho dinero encima: así evitaremos gastar más de la cuenta, y nos limitaremos a comprar aquello más útil o necesario.
- Realizar una lista de cosas necesarias antes de ir a comprar: tener claro lo que necesitamos y lo que no puede ayudarnos a evitar la compra de caprichos de los que posteriormente podemos arrepentirnos.
- Desarrollar otras actividades que puedan proporcionar placer o sensación de bienestar: leer o escuchar música nos ayudarán a evadirnos y sentirnos bien sin la necesidad de caer en el consumismo.
El peligro de las nuevas tecnologías
Internet y las compras online suponen una tentación extra para los compradores compulsivos. Y es que la diferencia principal entre las compras presenciales y las compras online se deben principalmente a la rapidez: a través de internet, se puede comprar cualquier cosa al momento y a cualquier hora del día.
“Las nuevas tecnologías y el fenómeno de la compra online han incrementado este trastorno, ya que se facilita el descontrol de la conducta debido a que a cualquier hora se puede realizar una compra, no hay esperas ni cola, y se obtiene una gratificación en el momento” añade la psicóloga de Doctoralia.
Aun así, el perfil de comprador compulsivo online y offline es similar: los profesionales observan que el perfil medio es de una mujer de entre 30 y 45 años con un nivel socioeconómico medio-alto, aunque estos perfiles cada vez cambian más rápidamente gracias a la rápida adaptación de la sociedad a las compras por internet.