Aunque caminar descalzo se ha visto durante mucho tiempo como algo negativo y que se ha llegado a relacionar con la pobreza, los resfriados y otros términos dañinos, lo cierto es que andar sin zapatos ni calcetines es muy beneficioso. Al estar en contacto con la naturaleza (ya sea con la arena de la playa, la hierba del campo o por el cauce de un pequeño arroyo) el organismo puede sincronizarse con la energía terrestre, conocida también como 'qi' por la cultura china.
Caminar es ya de por sí una actividad muy saludable con muchas ventajas para la salud: mejora la circulación sanguínea y la oxigenación de la sangre o ayuda a eliminar toxinas. Las razones para hacerlo descalzo en la naturaleza tienen todavía más peso ya que, según diversas investigaciones, el contacto con la tierra ayuda a aliviar dolores crónicos, disminuye el estrés y ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y cardiovascular.
Ésta es una terapia que se ha llevado a cabo desde hace cientos de años en algunos países de Oriente (como China o la India) y se relaciona con la reflexología, que estimula ciertos puntos de la planta del pie para beneficiar órganos u otras partes del cuerpo. Asimismo, caminar descalzo por la tierra ayuda a fortalecer los músculos de las piernas y los pies mucho más que si se hace con los zapatos puestos.
Conectar con la energía de la Tierra
Caminar descalzo por la naturaleza puede ser una manera de relajarse, mejorar la calidad del sueño, reducir la presión sanguínea o mejorar la salud en general.
