Por suerte, el mundo de la crianza y la maternidad ha avanzado desde aquellos años 60 en los que la publicidad se encargó de proyectar en las mujeres la idea de vivir por y para su familia. Criar a los niños, darles de comer o llevarlos a la escuela, es una rutina que parece haber comenzado a repartirse entre ambos sexos, ahora que lo doméstico ya no solo es cosa de mujeres. En muchos casos, ellos también intervienen en las labores del hogar y la crianza. Síntoma de este avance es la aprobación de la licencia que desde este año iguala los permisos de paternidad con los de maternidad a 16 semanas. Ahora bien, ¿existe realmente paridad en el reparto de tareas? ¿Y en la crianza?
Actualmente vemos familias en las que las obligaciones se reparten y nadie carga con más peso del que debería. Sin embargo, no ocurre igual ni en todas los hogares, ni en todos los países. Por ejemplo, España va a la cabeza en el reparto de tareas entre los progenitores y obtiene la segunda mejor puntuación en el ranking de países encuestados.
Eso sí, todavía nos queda un largo camino por recorrer, ya que un 64% de los españoles afirma que las responsabilidades del cuidado de los hijos se distribuyen equitativamente entre los dos integrantes de la pareja, según The Parenting Index, el primer estudio promovido por Nestlé que analiza cómo se sienten y cómo perciben los padres y madres la crianza de sus hijos a nivel mundial.
España va a la cabeza en el reparto de tareas entre los progenitores y obtiene la segunda mejor puntuación en el ranking de países encuestados.
De hecho, cuando no se produce esta repartición, muchas mujeres se ven avocadas a tomar ellas mismas las riendas de la crianza, las labores y otras obligaciones del día a día que acaban dejándolas exhaustas. Es lo que ya se conoce como el síndrome de la mujer agotada, que viene a evidenciar cómo ser madre y compaginar la vida laboral con la familiar provoca un grave agotamiento entre las mujeres.
Para revertir esta situación, desde enero de este año se ha igualado la duración del permiso de nacimiento (16 semanas) para ambos progenitores. Un hecho que ayuda a difuminar las barreras que situaban antes a la mujer dentro del ámbito doméstico mientras que los hombres accedían mucho antes al mercado laboral. Ahora, los papeles se han igualado, a pesar de que en muchos ocasiones, todavía son ellas las que asumen el gran peso de la crianza.
La conciliación laboral-familiar: una tarea pendiente
Más allá de la repartición de tareas, todavía hay un aspecto pendiente a mejorar en España. Y es que nuestro país ha obtenido la penúltima peor puntuación en el ranking de países en torno a la conciliación laboral-familiar.
Solo el 36 % de los españoles encuestados considera que puede conciliar su profesión con la crianza
En cuanto a conciliar la profesión con la crianza, España se encuentra 15 puntos por debajo de la media y hasta 31 puntos menos que Suecia, el país donde, según los datos obtenidos, ven más facilidades para criar a los hijos. De hecho, tanto España como China e Israel tienen la mayor proporción de nuevos padres y madres que trabajan a tiempo completo, con las dificultades que eso supone para criar a un niño en jornadas que pueden alargarse más de ocho horas. Estos son algunos de los retos que presenta actualmente la crianza en las familias españolas:
- Hasta el 37 % de las nuevas madres reconoce que padece depresión posparto.
- En España, el 39 % de los padres y madres dice sentir una fuerte presión social sobre la forma de criar a sus hijos.
- Hasta un 23 % reconoce que la crianza es más difícil de lo que pensaba y un 33 % que ha asumido más compromisos de los esperados.
- A pesar de vivir en un mundo hiperconectado, el 20 % de los progenitores se siente solo con el bebé en sus brazos.
- Únicamente el 50 % de los españoles encuestados considera que es cómodo para la madre dar el pecho fuera de casa cuando lo necesita.
- El 78 % piensa que los padres están más implicados en la crianza que las generaciones anteriores.
El impacto de la Covid-19 en la crianza
Es evidente que la pandemia ha desplazado muchas de nuestras actividades y ruitnas. Con el confinamiento domiciliario pudimos observar lo complicado que era conciliar la vida familiar con la laboral. Mientras los niños dejaron de ir a las escuelas, los padres y madres continuaban trabajando con jornadas que no siempre pudieron flexibilizarse.
A pesar de ello, según este estudio realizado tras la Covid-19 a 900 entrevistas adicionales y, según los datos obtenidos, el confinamiento no cambió cómo se sienten los padres sobre su experiencia de crianza. En todo caso, "las pequeñas variaciones mostradas fueron positivas ya que los progenitores afirmaron haberse apoyado más entre ellos y mostraron una mayor cohesión y sentido de pertenencia", confirma el informe.