Hay rituales navideños que no pasan de moda e iluminar la casa es uno de ellos. Y es que todos sabemos que no empieza la navidad hasta que asumimos el reto de desenredar las luces del árbol. Una tarea a veces ardua pero que hacemos con la ilusión de los días venideros. Nos reunimos en familia, lo adornamos y nos animamos con el resto de la casa. La llenamos de velas, estrellas lumínicas, lámparas festivas…. Pero ojo, porque en el equilibrio está el acierto y la clave para disfrutar de toda la magia.
En el equilibrio está el acierto y la clave para disfrutar de toda la magia
Atrás quedan las guirnaldas multicolores que acaparaban todo el protagonismo. Ahora, los tonos blancos y amarillos se hacen con las riendas para acentuar el resto de la decoración. Y es que la iluminación navideña debe inundar de calidez el espacio, con paz y armonía, sin llegar a deslumbrar ni sobrecargar el ambiente. Siempre siendo fiel a un mismo estilo. Del más clásico (combinando rojos y verdes) al más nórdico (con una apuesta al blanco y los detalles en madera), lo importante es crear un conjunto, y para ello la iluminación tiene que servir de acompañante.
Desde la revista INTERIORES te acercamos varias ideas para que repliques en tu casa. Propuestas sencillas y muy resultonas, delicadas, pero llenas de espíritu festivo, capaces de transformar el espacio.