Hace tiempo que vengo teniendo la sensación de que, durante el confinamiento de 2020, y en todos los meses posteriores, nos hemos enfrentado a la necesidad de crear una nueva relación con nuestra casa.
Hemos comprobado las ventajas y los inconvenientes de cada estancia y cada elemento, los puntos fuertes de nuestra vivienda y también las cosas a mejorar.
Algunas personas se bañaron en la queja, otras se sintieron agradecidas por lo que su espacio les ofrecía, pero creo que todos, sin excepción, encontraron posibles cambios que mejorarían la experiencia de estar en su casa.
Slow Home: el concepto que necesitábamos
Sin importar el estilo que escojamos para nuestro hogar, necesitamos el concepto slow en nuestro entorno porque es, me atrevo a decir, lo que le da ese toque extra de calma y bienestar; espacio, funcionalidad y conexión.
¿Has comprobado las emociones que produce un espacio diseñado de acuerdo al concepto slow?
Son espacios luminosos, minimalistas y cálidos que transmiten tranquilidad, confianza, calma, seguridad y confort. ¡Lo que todos deberíamos poder sentir en nuestro hogar!
Para poder dar con las claves de estos espacios he consultado a María Oyarzábal, interiorista y fundadora de Espacio Mostaza (síguelos en Instagram y accederás a sus diseños y recomendaciones), empresa de diseño de interiores cuyo objetivo es ofrecer un servicio accesible, práctico y con resultados maravillosos gracias a su sistema de trabajo.
María me ha contado que “hoy en día decorar nuestros hogares puede resultar más sencillo gracias a la gran variedad de tiendas de mobiliario y decoración que existen online. El único problema es que no todos tenemos la facilidad de traducir nuestros gustos y necesidades en diseños reales, armónicos, funcionales y con estilo” y por eso ha creado Espacio Mostaza, donde a través de una comunicación constante, de forma sencilla y 100% online, ofrece un servicio de interiorismo a medida y muy accesible –económicamente hablando-.
Le pregunté si podía compartirnos unos tips para llevar el concepto slow a la decoración de nuestros espacios y aquí los tenemos, ¡toma nota!
- Paleta de colores en tonos claros y neutros. Podemos también aportar algún tono de color que rompa un poco, pero siempre manteniendo la armonía.
- Materiales naturales. En las cortinas, edredones, alfombras o cojines. El lino y el yute son tendencia ahora mismo y aportan gran sensación natural y de calidez.
- Menos es más. Esto aplícalo en la selección de muebles y elementos decorativos.
- Luz natural. Cualquier rayo de sol que se pueda colar en tu salón será muy bien recibido y para ello: visillos y ventanas despejadas. La luz natural juega un papel fundamental en nuestro estado de ánimo y por ende en nuestro bienestar.
- Plantas, siempre plantas. Son nuestro mejor aliado para conectar con la naturaleza estando en casa. Las plantas siempre serán protagonistas en cualquier decoración y nos aportan muchísimos beneficios. Combínalas con maceteros fabulosos para dar un toque especial.
- Rincones para desconectar. Un sillón junto a la ventana, unos cojines en el balcón, un espacio de lectura con iluminación cálida.
El objetivo, en esencia, es crear un espacio que nos ofrezca seguridad y confort, y que nos inspire gratitud.

La importancia de poner el foco sobre ello
A veces no somos conscientes de lo importante que es alinear nuestro espacio con lo que queremos: la cantidad de cosas que tenemos, la calidad, lo que efectivamente queremos en nuestra vida o a nuestra vista, los sensaciones que queremos tener, el estilo que queremos vivir, etc.
Tengo la sensación de que este aspecto no ha tenido el suficiente protagonismo. Sí, nos gusta decorar nuestros espacios, elegir elementos, quizás unas personas están más enfocadas en las estética y otras más en la funcionalidad, ¿pero realmente le damos a la distribución y decoración de nuestro hogar la importancia que merece?
No hace falta invertir mucho dinero en ello, a veces podemos reutilizar lo que tenemos por casa. En ese caso, Espacio Mostaza nos recomienda “plantear cuál sería la distribución ideal, sacándole el mejor provecho al espacio. Y, en caso de que sobren muebles, ejecutar nuestra frase favorita “menos es más”. Le damos una segunda vida a estos muebles vendiéndolos en alguna App o donándolos.”
Además, “hay infinidad de técnicas DIY para hacer cosas chulísimas nosotros mismos en casa. Un cabecero pintado en la pared, restaurar un mueble antiguo, pintar alguna pared o incluso colocar papel pintado.”
No obstante, mi recomendación personal, siempre que sea posible, es valorar la contratación de un profesional que nos eche una mano con aquellas ideas que no logramos recrear. Ya lo hacemos con otro tipo de servicios y darnos la oportunidad de tener una casa con un estilo propio 100% es una forma más de autocuidado.
¿Te imaginas lo que podría ser recibir un plano con medidas reales, tablero de inspiración, paleta de colores, imágenes 3d y un carrito de compra con links y comentarios?

Slow home: personalización, orden y minimalismo
Después de mi experiencia personal, de hablar con María y de darle una vuelta al concepto de slow home, finalmente no puedo estar más de acuerdo en que necesitamos priorizar la decoración de nuestro hogar.
Necesitamos conocer y reconocer nuestro estilo y nuestros gustos. Necesitamos conocer y reconocer la importancia que nuestra casa tiene en nuestro bienestar y en nuestras necesidades de calma y seguridad. Y, finalmente, necesitamos conocer y reconocer que hay muchas formas de transformar nuestro hogar, que muchas de ellas pueden ser muy accesibles y que todos nos merecemos darnos la oportunidad de tener una slow home.
Mi máxima favorita es orden y minimalismo, pero ahora también es la personalización de cada espacio y cada elemento de mi casa