El origen del Día Internacional de la Sordoceguera se remonta a la Declaración de las Necesidades Básicas de las Personas Sordociegas de 1989. La fecha elegida rinde homenaje al nacimiento de la norteamericana Hellen Keller, escritora y activista sordociega que promovió campañas para mejorar la calidad de vida de sus iguales, que eran rechazados y educados en asilos. Su insistencia fue uno de los factores clave para que las condiciones de éstos mejoraran.
El propósito de la celebración es llamar la atención del público en general sobre las preocupaciones de la comunidad sordociega y promover sus derechos en todo el mundo. Con un sentido del tacto muy desarrollado, los sordociegos se comunican con gran facilidad a través de la lengua de signos apoyada, el dactilológico en palma o el Braille, según el caso. También se emplea el alfabeto Lormen y el lenguaje artificial Tadoma.
La sordoceguera es una condición que puede ser de nacimiento o bien adquirida en diferentes etapas de la vida. Es hereditaria a través del síndrome de Usher, una enfermedad por la que un gen recesivo genera sordera al nacer y perdida gradual de la visión. También puede ser congénita, cuando se contraen enfermedades virales como la rubéola en las primeras etapas del embarazo.
Día Internacional de la Sordoceguera
Cada 27 de junio se celebra una jornada a nivel mundial para informar sobre una discapacidad poco conocida que combina deficiencias visuales y auditivas.
