¿Por qué la mayoría de la gente sabría mencionar el nombre de cinco pintores pero no el de cinco pintoras? ¿Por qué a algunas personas les sigue chirriando que una niña juegue al fútbol o que un niño se disfrace de princesa? ¿Por qué casi no hay bandas de música famosas compuestas únicamente por mujeres? ¿Por qué se suele mirar mal a una mujer que no se depila las piernas pero no a un hombre?
Aunque se ha avanzado mucho en la lucha feminista, aún son muy numerosas las conquistas que quedan por hacer. De hecho, si nos ponemos las gafas violeta y pasamos nuestro día a día por un filtro de sexismo, comprobaremos cuánto influyen todavía los estereotipos de género en nuestra vida diaria.
Está claro que no podemos acabar con el machismo por nuestra cuenta, puesto que forma parte de un sistema de dominación que se manifiesta en muchos ámbitos, incluido el institucional. Sin embargo, individualmente podemos llevar a cabo pequeñas acciones que aporten nuestro granito de arena, y una de ellas consiste en educar a los más pequeños con valores diferentes a los que rigen en la actualidad.

La importancia de la educación sin género
Las niñas y niños, que están en plena construcción de su personalidad, son especialmente sensibles a las palabras y las expectativas de su entorno. Desde su nacimiento se asocian colores, rasgos de la personalidad, actividades, gustos y valores a las criaturas según su sexo, lo que con el paso del tiempo acaba perpetuando los mismos estereotipos de género de siempre. ¿Pero, qué ocurriría si eso cambiase?
La neurociencia ha demostrado que nuestra personalidad, nuestras aptitudes y nuestros gustos se construyen en parte como consecuencia de nuestro entorno y lo que aprendemos de pequeños. Es decir, que si los comportamientos de mujeres y hombres difieren es porque la educación varía en función del sexo. Por tanto, la educación podría ser un arma esencial para luchar contra el machismo.
Si tanto desde el ámbito familiar como desde el sistema escolar se procurase que los niños crecieran con menos representaciones estereotipadas y una educación igualitaria, se crearían nuevos horizontes con nuevas posibilidades. Por eso, si te preocupa la educación de tus hijos, te recomendamos un libro que te dará las herramientas para romper con los estereotipos de género y fomentar la igualdad entre niñas y niños.

Educar sin género, una guía práctica
Se trata del volumen Educar sin género, una guía práctica que, de un modo muy divulgativo, enseña a afrontar diversas situaciones cotidianas que tienen que ver con los estereotipos de género. El libro, muy visual y cargado de ilustraciones, sigue los personajes de una familia compuesta por Juliette y Cédric, su hijo Romaric (14 años) y sus hijas Alix (9 años) e Inès (2 años), para descubrir todas las trampas con las que nos encontramos en nuestro día a día y los trucos para evitarlas.
Sus autores son Sophie Collard y Doriane Meurant Gros, dos empleados de la asociación Artemisia, que se dedica a dar formaciones especializadas en la promoción de la igualdad de género en todas las edades. En particular, apoyan a guarderías y escuelas, forman profesionales y sensibilizan a jóvenes y padres y madres para actuar en el día a día contra los estereotipos de género.
¿Qué dices, te atreves a ponerte las gafas violeta y a aportar tu granito de arena contra los estereotipos y el machismo? Tanto si luchas contra las etiquetas de género desde hace tiempo como si empiezas ahora, en este libro encontrarás las claves para hacerlo debidamente.