El bicarbonato de sodio es el elemento que hace que las masas de los pasteles se eleven, dándoles sabor y volumen. Otra vertiente conocida de este producto natural es el que produce cuando se diluye con agua y limón: esta mezcla ayuda a combatir la acidez en el organismo, desintoxica y permite que el sistema digestivo funcione mejor. Además es antioxidante, y rico en potasio y vitamina C, por lo que es un perfecto depurativo para el cuerpo.
Sin embargo, el bicarbonato sódico puede tener muchas más utilidades menos conocidas. En China, por ejemplo, se usa para lavarse los pies, ya que es eficaz eliminando las bacterias que producen el mal olor. En cosmética también sirve como un efectivo champú destinado a combatir el exceso de grasa del cabello y como desodorante para las axilas.
Además, alivia las picaduras de insectos, el dolor de garganta y es perfecto para la limpieza bucal, ya que actúa como dentífrico neutralizando las bacterias, ayudando a combatir la placa y favoreciendo el blanqueamiento de los dientes.
Por otra parte, al no ser tóxico, es un eficaz recurso para la higiene de la casa, sobretodo de la cocina y el jardín, así como de nuestras. En concreto, supone un método seguro para lavar las verduras gracias a sus propiedades antisépticas.
El bicarbonato sódico, un multiusos en tu hogar
El bicarbonato sódico es mucho más que un compuesto sólido de color blanco. Aunque sus usos en repostería sean los más conocidos, también es un perfecto aliado higiénico y un buen recurso para muchos aspectos del hogar.
