Los orígenes de esta festividad se remontan a la antigua China cuando, en otoño, los emperadores hacían ofrendas y sacrificios a la luna con el fin de agradecer los buenos frutos de la cosecha. La gente se reunía en la víspera del 15º día del Octava Mes Lunar para celebrar los buenas cosechas del arroz, pues es en esa época cuando los cultivos están en su mejor punto. Es por eso que esta fiesta también es conocida como Festival de Medio Otoño.
Esta tradición reúne hoy a las familias para contemplar la luna llena y comer pasteles con la forma del satélite. Durante ella, expresan sus mejores deseos y recuerdan a aquellos familiares lejanos. La cultura china siempre ha mostrado un enorme respeto y admiración hacia la luna y ejemplo de ello son las miles de historias mitológicas alrededor de este satélite. Además, el calendario chino está regido por el movimiento lunar.
La tradición de comer pasteles de luna en las vísperas de esta festividad tiene su propia historia y se remonta a la revolución Ming.
La torta lunar también representa la reunión familiar, además de la felicidad y la satisfacción completa. Por ello, esta festividad familiar se celebra en un entorno de paz, armonía y reflexión a la luz de la luna llena.