La gallina de los huevos de oro, la lechera, la liebre y la tortuga, la cigarra y la hormiga? Seguro que aún recuerdas muchas de las fábulas que te leyeron de pequeño. Protagonizadas normalmente por animales que actúan como si fueran seres humanos, las fábulas nos cuentan historias de las que siempre se desprende una enseñanza, una moraleja que podemos aplicar a nuestra vida. La forma de hacerlo, a través de divertidas historias protagonizadas por animales, hace que para los niños sean mucho más fáciles de comprender.
Fáciles de recordar y protagonizadas por animales que despiertan la fantasía, porque hablan y actúan como lo hacemos nosotros, las fábulas son una excelente manera de proporcionar enseñanzas a los más pequeños de una forma amena. Por su carácter universal al tratar sobre temas que atañen a todos los seres humanos en cualquier época, las fábulas clásicas siguen siendo plenamente efectivas hoy en día. Es el caso de las famosas fábulas de Esopo, escritas en el siglo VII A.C o las de las Fontaine escritas el siglo XVII.
Además de entretenidas, para los pequeños de la casa las fábulas son una manera de adquirir enseñanzas sencillas con historias divertidas y en las que la moraleja ayuda a subrayar lo que la historia muestra. Una forma amena de familiarizarlos con actitudes que pueden serles de ayuda cuando sean adultos.
El poder de las fábulas
Divertidas y con una clara vocación didáctica, las fábulas permiten a los más pequeños entretenerse y aprender.

El poder de las fábulas