En una carta natal el Sol es el que tiene la función de iluminar nuestra personalidad. Es la estrella central del sistema solar y brilla con luz propia; y es por ello que en nuestra carta astral representa nuestra singularidad y aquello que nos hace brillar de manera única y genuina.
Normalmente las personas ya conocemos el Sol de nuestra carta, ya que es el planeta en el que se han centrado las últimas décadas los horóscopos para predecir lo que nos pasará o definir nuestra personalidad. Entonces, cuando hablamos de cuál es nuestro “signo” nos estamos refiriendo al signo por el que estaba transitando el Sol el día y hora de nuestro nacimiento.
A lo largo de nuestra vida debemos desplegar y cultivar todas las cualidades de nuestro Sol, que no solo corresponden al signo en el cual se encuentra en nuestra carta natal, sino también la casa y los aspectos que tiene, es decir, la relación que hay entre él y los demás planetas. Es imprescindible desarrollar la capacidad solar de cada uno para poder individualizarse.
El Sol simboliza el padre
Mientras que la Luna en la carta natal representaba la madre, el Sol simboliza el padre, otras personas que hayan ocupado el rol paterno e incluso hombres o figuras que simbolicen autoridad. Es decir, el Sol explica cómo fue el padre o estas personas paternales o de autoridad, así como también la manera como los percibimos o recordamos y también cómo nos relacionamos con ellos y con nuestra propia energía masculina. Además, al ser el planeta que dirige la carta natal representa también cómo vivimos el liderazgo, la capacidad de asumir posiciones en las que se nos pide que dirijamos e incluso la facilidad que tenemos para ser fuente de inspiración para otras personas. La posición del Sol en nuestra carta natal por signo, casa y aspectos nos indica nuestro camino de realización personal e individuación, y también nuestro propósito interno.
El Sol también nos habla de qué nos vitaliza, nos da energía, nos motiva y nos entusiasta, es decir, aquello que enciende nuestra alma y que, por lo tanto, debemos atender si queremos sentir que llevamos una vida con sentido, propósito y realización. Además, atender al Sol nos aporta autoestima y hace que nos valoremos y empoderemos cada vez más, ya que es un lugar en el que cuando lo ocupamos nos damos cuenta de que allí brillamos de forma singular. Y es que la posición del Sol en nuestra carta natal nos indica nuestro talento genuino que debemos cultivar y que, al hacerlo, tomamos conciencia de quien somos, nuestro potencial creativo y el lugar de honor que podemos ocupar en la vida. No es de extrañar entonces que, en nuestro cuerpo humano, el Sol sea quien rige el sistema circulatorio y, por lo tanto, el responsable de que la sangre vaya a las demás partes del cuerpo y las equilibre.
Es imprescindible cultivar el Sol de nuestra carta natal, ya que es a través de él que podemos liderar los diferentes planetas que veremos en los próximos artículos y que simbolizan los arquetipos y subpersonalidades propias. Si no hacemos el trabajo de que el Sol tome el mando de nuestra vida nos sentiremos perdidos, no encontraremos nuestro propósito ni identidad y nos faltará energía, vitalidad, entusiasmo, alegría, brillo y, por supuesto, no viviremos con una dirección ni un rumbo claro. Y, al final, terminaremos viviendo como autómatas, dejaremos de brillar, enfermaremos, estaremos muertos en vida, nos consumiremos, bajará nuestra autoestima y seremos infelices. Por contra, cuando empecemos a vivir acorde a nuestro brillo solar por haber encontrado el contexto para expresarlo nos sentiremos realizados y felices de estar por fin viviendo una vida plena de sentido.
Cómo vivir de acuerdo a mi Sol
Para empezar a vivir bajo las direcciones de tu Sol puedes coger tu diario y responder a las preguntas «¿Quién soy?» y «¿qué quiero yo?». Responde a esta pregunta tantas veces como sientas que lo necesitas, ya que te acercará a que cada vez te conozcas más y descubras cuál es tu verdadera identidad.
Además, puedes hacer otros ejercicios y actividades que te propongo a continuación para cultivar tu propia expresión solar e individualizarte para empezar a brillar con luz propia: