La astrología sigue consiguiendo cada vez más y más seguidores fieles en todo el mundo. Los horóscopos son una de las modas más actuales, pero esta metodología va mucho más allá. Planetas, signos, casas, relaciones... todo está relacionado.
Elva Abril sabe mucho de todo esto. Cansada de su vida como periodista de informativos, decidió dejarlo por el mundo de la astrología. Ahora asesora a muchísimas personas para mejorar mejorar sus vínculos, para encontrar pareja o incluso para impulsar un nuevo negocio, todo con la ayuda de los astros.
Elva ha puesto todo su conocimiento en un libro, Los doce códigos del amor, en el que nos invita a identificar nuestros patrones lunares, sanarlos, y así abrir las puertas al (buen) amor y a poder disfrutar de relaciones sanas.
Desde hace unos cuantos años es como si el tema de la astrología estuviese más de moda de que nunca, ¿por qué crees es?
Pues no tengo ni idea, será un factor sociológico. Lo que no sé es si nos juega a favor o en contra, porque el hecho de que ya se hayan puesto de moda todas estas terapias alternativas o todas estas corrientes que no tienen ningún tipo de regulación, también ha hecho que haya mucha gente que se haga un curso de tres meses y se meta. Entonces más que nunca tenemos que ser muy exigentes y muy escépticos de entrada para poder regular un buen profesional del que no lo es.
Y precisamente hablando de modas, en redes sociales está muy de moda que cuando una chica está conociendo a alguien le pregunte por su signo del zodíaco y, en función del que sea, decide si continuar con el vínculo o no. ¿Qué opinas de esto?
Que es una cagada monumental, efectivamente. Por supuesto que no es recomendable, porque al final es como si yo te preguntara: “Tú eres mujer y esto, ¿me dice mucho de ti?” Tú me dirías que no es lo mismo ser mujer en Afganistán que ser mujer en España, no es lo mismo ser mujer en una familia de siete hermanos que ser mujer siendo hija única, no es lo mismo ser mujer en una familia donde se me permite opinar que ser mujer en una en la que no.
Hay tantos matices y, al final una carta natal, que es lo que realmente estamos preguntando, es un sistema compuesto por 10 planetas, 12 signos por 12 casas... Entonces hay una correlación entre ellos que es lo que tenemos que mirar, pero no el signo, porque el signo me dice que eres morena, ya está. Dice algo, pero dentro de todas las morenas, pues comprenderás que hay matices abismales.

Te formaste como astróloga y terapeuta de parejas, ¿a quién le recomendarías el tipo de terapias astrológicas que tú haces?
Yo soy periodista y astróloga, pero no hago terapia, aunque en mi equipo sí que hay psicólogas. Pero me encanta la pregunta porque la gente tiene que darse cuenta de igual que cuando te duele un ojo, vas al oftalmólogo no al cardiólogo; cuando tienes un problema de salud mental importante hay que ir al profesional de la salud mental, no al astrólogo. Otra cosa es que tú tengas repitas patrón de pareja o quieras encontrar una pareja mejor o quieras lanzar un producto y que allí pues quieras usar la información de tu carta natal para ajustar, pero la astrología no es una terapia, es una foto de nuestra alma que nos puede servir para ver muchas cosas que de manera natural no sabemos ver. Pero para una terapia hay que hacer un seguimiento con las personas profesionales, y en mi equipo hay dos psicólogas precisamente por eso.
¿Qué es la carta natal y qué podemos aprender de ella?
Una carta astral es la foto del momento exacto en que naciste: del día, de la hora y del lugar. Entonces, igual que cuando te duele la muela va muy bien que te haga una radiografía para saber si realmente es una inflamación o es una caries o qué es exactamente, porque dentro del dolor, pues vete tú a saber, pues la carta natal es esa foto de cómo funcionamos por dentro, de cómo funciona nuestra alma a nivel emocional.
En ella tenemos exactamente la foto de cómo funcionas, y a partir de aquí nos sirve como diagnóstico de en qué lugares corresponde que tú estés, en qué lugares no es tu batalla, qué talentos tienes, qué dificultades tienes y lo más importante, qué nombre y apellidos exactos tienen esas dificultades.
Y los distintos elementos que hay dentro de la carta, ¿qué papel tienen dentro de ella?
Primero estarían los planetas, que nos dicen el qué. Hay un planeta que tiene que ver con las relaciones, otro con las heridas, otro con nuestra exigencia y nuestra capacidad de esfuerzo… El planeta te dirá el qué y después el signo en el que esté ese planeta te dirá las características, el cómo. Por ejemplo, pues yo cuando me pongo exigente resulta que soy autoritario, o yo cuando me pongo exigente enseguida me inhibo porque me da miedo hacerle daño a alguien.
Y después las casas nos dirán el ámbito, no es lo mismo que tú te pongas muy exigente en el ámbito de la pareja y que tengas unos requisitos muy marcados, que seas muy exigente en el ámbito laboral o que seas muy exigente contigo misma. Todo esto nos irá definiendo a la persona, pero lo que no hay que olvidar es que todo esto está relacionado, no es solo el planeta en la casa y en el signo, sino que estén en tensión con otros planetas o en buena sintonía. La astrología es muy compleja.

¿Por qué te has centrado en analizar la Luna y cómo influye en las relaciones?
Mira, hay mucha gente que cree que las relaciones tienen que ver con el planeta Venus, y es verdad, pero Venus tiene que ver con los vínculos que son equitativos, es decir, los vínculos entre personas adultas. Pero qué pasa, que tú no puedes acceder a tu parte adulta si tu parte infantil todavía no está sanada. Si tú tienes una herida de infancia, este miedo es el que va a estar relacionándose, no va a ser la parte adulta que sabe lo que le conviene, que sabe poner límites, que sabe decir que sí, que sabe decir que no, que sabe liderar, que sabe frenar. Va a ser una niña pequeña asustada que va a pedir protección, por eso el patrón se repite. Entonces primero hay que analizar la Luna, ver qué es lo que hay ahí y una vez está tratado accedes a tu parte adulta y te relacionas.
Entonces, ¿si una persona cree que no le va bien en el amor es porque está buscando de forma inconsciente lo que vivió en la infancia?
Exactamente. Al final cuando hablamos de trauma no nos referimos a nada extremadamente grave. Todos tenemos como pequeñas heridas más o menos grandes según lo que nos haya pasado que hacen que nosotros vinculemos el amor con eso.
Por ejemplo, si tuviste una madre que era súper exigente, para ti amor es exigencia y donde hay amor, hay exigencia. Por tanto, cuando vayas a buscar una relación de pareja, inconscientemente serás o tú muy exigente con el otro o el otro muy exigente contigo y una pareja donde hay tanta exigencia es una pareja que no se puede relajar, que no puede disfrutar, que no puede estar espontánea, tranquila, sino que siempre habrá eso. Entonces tú me dirás: “Es que siempre voy a buscar jefes súper autoritarios, parejas que me exigen mucho o yo me siento exigida”. Claro, porque tú no te das cuenta, pero si yo te pongo una pareja donde no hay exigencia y te acepta plenamente, para ti eso no es amor y lo vas a rechazar.
Entonces tenemos que entender que todos intentamos buscar lo mismo que hemos vivido y esto no significa ni que nos convenga ni que nos haga felices, simplemente es lo que conocemos, es lo cómodo y lo que tenemos a repetir, por eso tomar conciencia y cambiarlo es lo que posibilitará que puedas tener otro tipo de vínculos.
En el libro hablas de 12 patrones emocionales, ¿solemos tener uno predominante aunque nos identifiquemos con varios?
Es verdad que hay muchísimas emociones compuestas, pero a la mayoría de nosotros nos domina una, a la que se suele llamar emoción puente.
Por ejemplo, si en tu familia el enfado, la rabia es algo que no se te ha permitido, que se te decía que te portases bien por lo que pudiera pensar la gente, etc., tarde o temprano la vas a sentir porque eres humano, pero como para ti la rabia es una emoción que no está permitida, te irás a otra emoción puente para vivirla, por ejemplo te pondrás triste. Pero en realidad, detrás de este llanto no hay tristeza, hay rabia, por tanto por más que llores no estarás mejor. Entonces tú me dirás: “Es que yo soy una persona súper sensible, lloro enseguida, a la que me pasa algo me va súper bien meterme debajo de la ducha y llorar”. Y yo te diré depende, porque si hay tristeza es verdad, pero si simplemente está haciendo de puente, cuidado, porque entonces no estamos sanando.
Por eso es verdad que tenemos una o dos emociones predominantes, pero tenemos que prestar buena atención a todo el abanico que en realidad hay, porque somos personas complejas y las cosas no son de un solo titular rápido, sino que hay que rascar si queremos ir al fondo.

Para saber nuestra emoción dominante en los patrones que propones, ¿debemos buscar según el signo en el que tengamos nuestra Luna?
No, y ese es el error más habitual en el que la mayoría de la gente se equivoca. Lo que la gente hace es decir, “como soy Tauro, voy a mirar la Luna en Tauro, o en el mejor de los casos, he mirado mi carta natal y tengo la Luna en Escorpio, así que miro la herida de Escorpio”. Como he dicho antes, el signo no informa de las heridas casi nunca, lo que lo hace es saber si hay planetas en tensión a la Luna.
Por ejemplo, si al ladito de tu Luna en la carta natal tienes dibujado otro planeta que está muy pegadito, ahí tenemos una herida, o si hay una línea roja hacia otros lados, ahí es otro indicador de herida, pero el signo y la casa no indica heridas, indican características.
Hay mucha gente que se hace un lío con cómo calcular esta Luna o con cómo saber mis heridas y yo lo que más recomiendo es leerse las 12, porque al final es verdad que puedes traer unas ignatas, pero también puede ser que tengas una madre súper Capricornio y que, sin querer, vayas adquiriendo eso de alguna forma, que son las heridas adquiridas. Y luego, pues quizá te han sucedido cosas en tu vida que, aunque tú no lo traías de base también te han podido influir. Así, si te vas leyendo todos puedes ver en cuáles te sientes más identificado, pero también en cuáles ves a personas de tu entorno, lo que también es muy divertido.
Y una vez tengamos identificadas cuáles son esas emociones predominantes, ¿qué se puede hacer para cambiar esos patrones si no estamos conformes?
Lo primero es identificarlas de forma concreta en el día a día, en detalles cotidianos. Segundo, ver de dónde tira esto, cuál fue la primera vez que tú necesitaste esa emoción para protegerte de algo, que aquí sí que normalmente ayuda al diván de un terapeuta o bueno, si la persona puede hacerlo sola, pues sol. Y luego, muy importante, ser muy disciplinados a la hora de repetir de forma constante hasta cambiar, va a ser disciplina y cuestión de hábitos, no sirve una semana.
De hecho, aunque quieras trabajar estas emociones no hay por qué deshacerse de ellas, ¿verdad?
Claro, en realidad nunca son malas, siempre tienen un mensaje y siempre hay una buena voluntad detrás de ellas, que es informarte de algo o protegerte de algo, y ahí hay una parte de aceptación. No aceptarlas lo único que va a hacer es que me frustre, que no esté cómoda y que me quite parte del talento y de la naturalidad que esto me puede.
Otra cosa es que esas emociones se me vayan de las manos, que de manera habitual yo tienda a un exceso y que en lugar de rápida voy acelerada, en lugar de reflexionar voy a base de impulsos. Eso sí puede ser un problema, un obstáculo que conviene dominar para un mayor crecimiento personal.