Viento y agua: la filosofía milenaria del Feng Shui aúna estos dos elementos naturales para analizar el diálogo que establece cada persona con el ambiente que le rodea. Este arte oriental afirma que el entorno es el reflejo del alma y que si se mantiene con él una relación armónica, las oportunidades de éxito en la vida aumentan.
Así, los espejos son uno de los elementos que influyen en el flujo energético de cualquier ambiente y, según esta filosofía, el lugar que ocupen y su reflejo no son cuestiones banales que se puedan descuidar si se quiere mantener la ansiada paz para crear una fuente de bienestar en el hogar.
¿Dónde colocarlo? Siempre de manera que su reflejo sea un objeto o vista agradable (una planta o jardín) o un elemento que transmita buenas vibraciones y recuerdos positivos y que permita que la energía circule. Son útiles en lugares pequeños, ya que crean la ilusión de espacio y profundidad, y amplían la sensación de luz. También para pasillos muy largos, donde la energía chi se mueve especialmente rápida.
No se recomienda, en cambio, colocar espejos en el dormitorio puesto que alteran la energía yin e impiden el descanso, ni frente a la puerta porque el reflejo impide que la energía positiva del exterior entre en la vivienda y fluya libremente. Su altura también es importante, y debe procurarse que nunca corte o distorsione la imagen de quien se refleja, ya que según esta filosofía oriental, supone cortar simbólicamente la propia energía vital.
Espejos en casa: ¿sí o no?
Según la filosofía Feng Shui, los espejos son elementos que tienen una influencia invisible en cada persona y que canalizan la energía del hogar. Aprende a situarlos para crear paz y armonía.
