El jamón ibérico que se produce en España es conocido en todo el mundo por su extraordinario sabor. Las denominaciones de origen en diversos puntos del país así lo avalan, pero, al mismo tiempo, existen muchos falsos mitos sobre este embutido. Por ejemplo: no es cierto que los cerdos que producen el famoso jamón de bellota coman sólo este tipo de fruto. Y es que, de ser así, morirían desnutridos.
Otro mito totalmente erróneo asegura que los mejores jamones son los de los cerdos ibéricos de pata negra. En primer lugar, la parte negra no corresponde a la pata, sino a la pezuña, y es habitual en los jamones ibéricos, pero no imprescindible. Se pueden encontrar jamones ibéricos de cinco estrellas que no tengan la pezuña negra.
Según Enrique Tomás, empresario especializado en jamón ibérico y autor del libro Grandes mentiras sobre el jamón (Lunwerg), a diferencia de la creencia popular, no es cierto que el gusto de esta delicia cambie al cortar el jamón con un cuchillo o a máquina. Siempre queda mejor hacerlo con cuchillo, es verdad, pero si se prueban los dos resultados a ciegas se descubriría que el sabor es exactamente el mismo. También suele recomendarse que pase un tiempo entre que se corta el jamón y se come, aunque, en realidad, es bastante mejor comerlo recién cortado.
Falsos mitos sobre el jamón
Existe una gran variedad de creencias y opiniones respecto al producto que mejor representa nuestra gastronomía: el jamón ibérico. Sin embargo, muchas de ellas no son del todo ciertas.
