Al igual que todos los 28 de marzo desde hace 12 años, llega La Hora del Planeta. Esos 60 minutos en los que ciudadanos, ayuntamientos, empresas y organizaciones de todo tipo y de todo el planeta apagan las luces para enviar un potente mensaje de esperanza que de la vuelta al mundo: el de la lucha por la naturaleza y la necesidad imperiosa de frenar de una vez por todas el cambio climático.
A pesar del éxito creciente que la acción ha ido ganando año tras año, esta vez, cuenta con un nuevo e inesperado condicionante, ya que la mayoría de nosotros nos encontramos confinados en nuestras casas y no podemos desplazarnos ni congregarnos en eventos públicos o concentraciones. A lo que WWF, la ONG ambientalista creadora del movimiento, ha respondido con una creativa solución: nos pide que todos los ciudadanos nos sumemos igualmente a una Hora del Planeta digital apagando las luces de nuestras casas y saliendo a las terrazas, balcones o ventanas utilizando la linterna de nuestros móviles y el lenguaje morse, lanzando el mensaje “Apaga la luz. Todo irá bien”.
Con la iniciativa, WWF quiere llenar los balcones y ventanas de nuestros pueblos y ciudades de miles de destellos para recordar que allí donde estemos, este año desde casa (#QuédateEnCasa), todas las personas seguimos conectadas y concienciadas de la necesidad de cuidar la casa de todos: la Tierra.
Solo necesitaremos descargarnos una aplicación en nuestro dispositivo, o bien utilizar una linterna normal, para sumarnos a la iniciativa que reivindica que es absolutamente imprescindible emprender las acciones necesarias para proteger las especies, frenar los incendios, salvar los océanos o cuidar los ríos si queremos que las futuras generaciones puedan seguir habitando nuestro planeta.
¿Será el 2020 el año del click ambiental?
Si echamos la vista hacia atrás, veremos que, con apenas un año, las cosas han cambiado significativamente. Hace un año, Greta Thunberg era una estudiante anónima en Suecia; el temporal Gloria todavía no había hecho estragos en numerosos pueblos y ciudades de nuestro país; no habíamos vivido uno de los inviernos más cálidos de la historia reciente ni la crisis sanitaria del COVID-19 había estallado de punta a punta del planeta obligándonos a hacer lo que había sido siempre impensable: parar. Pararnos todos y pararlo prácticamente todo, poniendo en crisis el sistema económico que nos sustenta, pero, a la vez, dando un pequeño respiro a nuestro planeta.
En tiempos de cuarentena y aislamiento, valdría la pena aprovechar el parón temporal de nuestras actividades para reflexionar sobre qué hemos hecho para llegar hasta aquí y sobre las acciones que todos y cada uno de nosotros puede llevar a cabo de manera sencilla para poner nuestro granito de arena en la lucha ambiental.
Los expertos aseguran que todavía estamos a tiempo, pero que necesitamos compromisos que se traduzcan en acciones reales y a gran escala para adoptar nuevas formas de pensar, de producir y de consumir. Nuevas formas de relacionarnos con nosotros mismos, con los recursos y con la naturaleza, que no pongan en peligro el futuro de nuestros mares, nuestros glaciares, nuestros bosques o nuestros hijos.
Para empezar, este sábado, aunque sea solo un gesto simbólico, saldremos a los balcones de nuestras casas con linternas para decir bien alto y bien claro que no nos resignamos, que todavía hay solución y que el futuro es de nuestros jóvenes. ¿Te unes a nuestra lucha conjunta por la naturaleza?