El jarabe o sirope de arce es un producto dulce que se obtiene de la savia del arce y es típico de Canadá y del norte de Estados Unidos. Además de ser un producto natural y vegetal, suele servirse como acompañamiento de crepes y gofres por su sabor. Aunque existen tres clases de sirope de arce (A, B y C), dependiendo de su contenido en minerales y su color, éste es un alimento que contiene distintos nutrientes que son necesarios para el organismo.
La clase C es el tipo de jarabe de arce con más propiedades. Entre ellas destaca su alto contenido en zinc (beneficioso para reforzar el sistema inmunológico y así prevenir enfermedades), calcio (muy útil para mejorar el estado de huesos y dientes), magnesio (fundamental para la creación de proteínas y la liberación de energía) y potasio (mineral encargado de estabilizar el pulso cardíaco). Sin embargo, el jarabe de arce contiene vitaminas B complejas y su contenido clórico es menor que el de otros jarabes y siropes.
Aunque el consumo de sirope de arce no es recomendable para personas diabéticas, sí que puede ser una alternativa a la miel para aquellos que siguen una dieta vegana, al ser un producto de origen vegetal. El sirope de arce es un potente antioxidante y antiinflamatorio que puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como el cáncer o la osteoporosis. Asimismo, sus muchos nutrientes son beneficiosos para cada una de las funciones del cuerpo y esto permite mejorar el estado de salud general.
Jarabe de arce, una delicia canadiense
Con un sabor extremadamente dulce, el sirope de arce contiene nutrientes y minerales que resultan indispensables para el cuerpo humano.
