Un estudio realizado recientemente por científicos del Centro de Investigación Nestlé en Lausana (Suiza) ha concluido que los niños que participan en su casa en la preparación de comida comen una mayor cantidad de verdura en comparación con los que no ayudan en la cocina. Además, los investigadores concluyeron que aquellos niños que ayudan a sus padres en la cocina se sienten a su vez más orgullosos, más independientes y de mejor humor.
Ayudar en la cocina no sólo fomenta el aprendizaje de los más pequeños, sino que supone una forma apetecible de compartir tiempo con sus padres. Al mismo tiempo, les proporciona información de lo que comen, lo que ayudar a que coman alimentos más variados, incluso aquellos más 'difíciles' como es el caso del pescado y las verduras.
Si se realiza en compañía de los más pequeños de la casa, cocinar es una actividad divertida, entretenida y que estimula todos los sentidos. Además, el hecho de ayudar hace que los niños se sientan más útiles, un logro clave para su desarrollo emocional y cognitivo.
Los niños que ayudan a cocinar comen más sano
Los niños que cocinan con sus padres son más propensos a comer más verduras. Además, compartir tareas culinarias con sus progenitores les hará más independientes y orgullosos de sí mismos.
